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Tras dos años y medio de colaboración, Mahou San Miguel ha adquirido un 17,9% de participaciones adicionales de la cervecera La Salve, procedentes de pequeños inversores iniciales, que se suman al 25% del que ya disponía desde 2015. Con este nuevo acuerdo, la compañía pretende seguir impulsando el ambicioso proyecto empresarial de la marca bilbaína y acelerar su plan de expansión, reforzando su contribución a la economía y a la sociedad local.
La Salve seguirá liderada por sus iniciales accionistas y promotores locales: Jon Ruiz Ibinarriaga y Eduardo Saiz Lekue, los cuales mantienen el mismo porcentaje de acciones que al inicio del proyecto. Ambos, amigos desde la infancia, pusieron en marcha esta iniciativa empresarial que arrancó en agosto de 2014 y, junto a un grupo de profesionales, se fijaron como objetivo recuperar esta marca tras 36 años de inactividad y colocarla en el siglo XXI con toda la innovación y modernidad posible, pero manteniendo su esencia. En marzo de 2015, La Salve firmó un acuerdo con Mahou San Miguel por el que ésta entraba en su accionariado, operación que fue posible gracias a que ambas compañías comparten valores como la autenticidad, la tradición, la excelencia de producto y el compromiso con las comunidades en las que están presentes.
Gracias a esta colaboración, La Salve continúa materializando los retos fijados en su plan estratégico, que preveía una inversión de tres millones de euros hasta 2019, la creación de alrededor de 20 puestos de trabajo directos y el logro de una facturación de 14 millones de euros, con el firme objetivo de alcanzar el 10% de la cuota de mercado de Euskadi en 2019, que actualmente se sitúa en el 4%. De hecho, según un reciente estudio de la consultora Ikerfel, la marca alcanza ya una notoriedad del 92% en los consumidores vascos.
Uno de los proyectos clave, fruto del acuerdo, ha sido la construcción de una nueva fábrica de La Salve en la capital vizcaína, que se ubicará en Bolueta y que ha supuesto una inversión inicial de 1,8 millones de euros. Estas instalaciones, que abrirán sus puertas a finales de este año, permitirán producir sus diferentes variedades de cerveza con su sabor inconfundible de siempre, que retrotrae a sus orígenes, pero empleando la tecnología más vanguardista. La Fábrica partirá de una capacidad de 2.000 hl, con posibilidad de crecimiento. "Y es que han pasado ya 131 años desde que la marca naciera a los pies del actual puente de La Salve. Décadas en las que Bilbao ha dado un giro de 180 grados al igual que la industria cervecera", ha señalado Eduardo Saiz Lekue, socio de La Salve.
Impulsores del valor de lo local
La Salve es una marca con un claro arraigo en lo local que tiene el firme propósito de generar valor y riqueza en el entorno mediante la puesta en marcha de iniciativas como el desarrollo de la primera cerveza km0, junto al Centro Tecnológico AZTI, que posibilitará el impulso de los productores locales, la creación de empleo y actividad económica, la inversión en I D y la construcción de su nueva fábrica en base al compromiso de cero emisiones.
Saiz Lekue explica que "hace tres años recuperamos un sentimiento, una experiencia, una seña de identidad que significó mucho para Bilbao entre los años 40 y 70. Hoy, el camino se presenta ambicioso y con el incremento de hasta el 42,9% por parte de Mahou San Miguel, podemos anunciar que La Salve tiene mucha más fuerza para recuperar su lugar natural en el mercado, su origen y su esencia y para convertirse, en esta nueva etapa, en pionera a nivel estatal, no desde el volumen sino desde el modo en el que se está consiguiendo: generando valor local".
Para Mahou San Miguel, este acuerdo es muy relevante ya que le ayudará a seguir reforzando su ya importante vinculación con el País Vasco, donde su marca San Miguel tiene mucha presencia no solo en el mercado sino también en su vida cultural, social y económica a través de patrocinios, entre los que destacan los del Athletic Club de Bilbao, la Sociedad Deportiva Eibar o la Liga San Miguel de Traineras.