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En 8 de cada 10 hogares españoles se ha consumido lechal y cordero durante el último año, y en algo más de 5 de cada 10 en los últimos tres meses; además, el comprador valora cada vez más la procedencia del producto. El segundo análisis de mercado encargado por la Organización Interprofesional Agroalimentaria del Ovino y Caprino (Interovic) en el marco de la campaña de promoción para medir las percepciones sobre la carne de cordero, pone en evidencia la efectividad de las acciones que se están desarrollando en toda España.
Especialmente eficaces están siendo los nuevos cortes, cuya presencia en el punto de venta aumenta de forma paulatina
El primer estudio de mercado se realizó en 2015, tras un año de campaña en marcha, y en el mismo ya se apreció un repunte del consumo, que venía muy afectado desde 2008. En esta segunda oleada de 2016 se afianza el incremento de consumo recogido el año pasado, y además se mantiene estable la imagen que tienen los encuestados sobre la carne de cordero.
Los objetivos son, por un lado, afianzar la presencia del cordero en los hogares, con nuevos usos que desvinculen su consumo exclusivamente para las ocasiones "formales". El segundo objetivo sería incrementar la frecuencia de consumo de esta carne.
Los jóvenes, colectivo clave
Vincular el lechal y cordero al consumo responsable, así como destacar su origen en la presentación del producto, siguen siendo las dos claves de la campaña. El colectivo al que se dirigen todos los esfuerzos son, sobre todo, los hogares jóvenes, donde los responsables de compra se sitúan alrededor de los 35 años, un segmento con una imagen más crítica del producto-carne.
En cuanto a la diferenciación del producto, dos terceras partes de los responsables de compra conocen la existencia de distintos tipos de cordero, teniendo más conocimiento los mayores de 44 años de edad. Además, el lechal continúa siendo líder tanto por conocimiento como por consumo por su sabor y textura.
El programa europeo para promocionar el consumo de la carne de cordero y lechal en España cuenta con un presupuesto de 4 millones de euros cofinanciados por la UE, el Gobierno de España a través del Mapama, y el propio sector, que aporta 1 millón de euros. En principio tendrá una duración total de tres años, hasta principios de 2018.