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"Estudios científicos corroboran la existencia de la denominada ‘Curva en J’, que establece una relación entre el consumo moderado de vino y una disminución del riesgo de mortalidad. Esta relación sugiere que quienes disfrutan del vino con moderación tienen una esperanza de vida mayor que aquellos que se abstienen de su consumo o que lo hacen en exceso, un hallazgo de considerable importancia científica". Esta es una de las principales conclusiones trasladadas por Ramón Estruch, presidente de la Fundación para la Investigación del Vino y la Nutrición (FIVIN), en la sede del Consejo Regulador de la DOCa Rioja.
Estruch, una de las figuras más respetadas en la investigación sobre Dieta Mediterránea ha destacado que “este descubrimiento es fundamental, ya que refuerza la idea de que el vino puede ser parte de un estilo de vida saludable, siempre que se consuma de forma moderada. La moderación es clave y debe ir acompañada de una alimentación equilibrada y ejercicio físico regular”.
El propósito del encuentro era ofrecer una visión rigurosa equilibrada y fundamentada en la ciencia acerca del binomio vino y salud, en un contexto marcado por el auge de las campañas y movimientos antialcohol que, si bien persiguen un objetivo preventivo, no siempre distinguen entre las bebidas alcohólicas y sus efectos diferenciados en la salud cuando se consumen de forma moderada.
Fernando Ezquerro: “Como primera Denominación de Origen de vino de España, que acapara más del 27% de la cuota en volumen de vino de calidad comercializado en España nos parece tremendamente injusto no solo para nosotros, sino también para el consumidor que se difunda información poco precisa de las verdaderas implicaciones del consumo moderado de vino en la salud”
Desde FIVIN y el Consejo Regulador de la DOCa Rioja recuerdan que el vino como producto está amparado por la Ley 24/2003 de la Viña y del Vino, que considera al vino como alimento natural y que ha de fomentar además su promoción por parte de la Administración, informando de los beneficios del vino como alimento dentro de la dieta mediterránea en el marco de la Unión Europea.
Por eso, desde la DOCa se suman a la crítica generalizada en el sector por la “demonización” del vino, al incluirlo en el mismo saco que las demás bebidas alcohólicas. “Como primera Denominación de Origen de vino de España, que acapara más del 27% de la cuota en volumen de vino de calidad comercializado en España nos parece tremendamente injusto no solo para nosotros, sino también para el consumidor que se difunda información poco precisa de las verdaderas implicaciones del consumo moderado de vino en la salud”, declaraba Fernando Ezquerro, presidente del Consejo Regulador de la DOCa Rioja.
La reafirmación de estas conclusiones llega tras la celebración del Congreso Internacional Lifestyle, Diet, Wine and Health, que reunió a 30 ponentes internacionales de Europa, América del Norte, Sudáfrica y Australia. El evento se convirtió en una plataforma clave para consolidar la evidencia científica sobre los efectos positivos del consumo moderado de vino, enfatizando la necesidad de una comunicación responsable y basada en la ciencia en torno a este tema, siempre en el contexto de un estilo de vida saludable.
Los investigadores y médicos participantes resaltaron el papel integral del vino dentro de la Dieta Mediterránea, un patrón alimenticio aclamado mundialmente por sus beneficios para la salud. Se estima que el vino contribuye en un 20% a los beneficios generales de esta dieta, que también incluye alimentos ricos en nutrientes como frutas, verduras, legumbres, pescado y aceite de oliva. Los estudios presentados evidencian que los consumidores moderados de vino presentan un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares y una reducción en la mortalidad por diversas causas, incluidas ciertas formas de cáncer, en comparación con quienes no consumen vino o lo hacen en exceso. Sin embargo, los expertos enfatizan que la moderación es esencial para maximizar los beneficios y minimizar los riesgos asociados al consumo abusivo.