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Una repercusión importante de la comercialización de perfumes y cosméticos falsificados es la pérdida económica que acarrea al sector y de puestos de trabajo. Es lo que advierten la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética (Stanpa) y la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta de la Policía Nacional.
Según datos de la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea, el sector español de la perfumería y la cosmética pierde 949 millones de euros al año, lo que supone un 17% de sus ventas anuales, un porcentaje que dobla la media europea y sitúa a nuestro país como uno de los que sufre mayor impacto económico por las falsificaciones en este sector. En cuanto a los empleos que se pierden, éstos se cifran en más de 50.000 directos y 30.000 indirectos en toda Europa.
Gran riesgo para la salud
Pero además, las ventas de perfumes, cosméticos y productos de higiene personal falsificados suponen un riesgo para la seguridad y la salud de los consumidores. Stanpa, que ha solicitado por primera vez un análisis de laboratorio para poder comparar los componentes de los perfumes falsificados y los de los auténticos y así definir el grado de peligrosidad que implica el uso de los primeros, concluye que frente a los más de 80 componentes que se identifican en un perfume original, algunas falsificaciones no superan los 25, y en muchos casos son completamente diferentes. Asimismo, los perfumes falsos contienen gran cantidad de agua como base, hasta un 50%, y etanol industrial o de baja pureza como disolvente.
Los perfumes falsos pueden contener etanol industrial como disolvente y hasta un 50% de agua como base
"En algunas muestras, incluso, se han encontrado compuestos prohibidos como el etilenglicol, aparte de carecer de protección ultravioleta, lo que puede dar lugar a fotodegradación y generar sustancias que produzcan dermatitis, reacciones alérgicas, manchas en la piel, etcétera", ha señalado Carmen Esteban, directora técnica de la asociación. "El principal problema de los perfumes falsificados es que se fabrican en instalaciones fuera del control de las autoridades sanitarias y no se notifican a las autoridades europeas; los ingredientes no pasan ningún control de calidad ni respetan las medidas de evaluación de seguridad que establece el Reglamento Europeo de Cosméticos, algo grave en un producto que está durante horas en contacto con nuestra piel", añade Esteban.
Stanpa ha señalado la importancia de concienciar al consumidor para luchar contra las falsificaciones. Para ayudarle a distinguirlas, ha proporcionado algunos consejos con los que es fácil reconocer si un perfume es falso; por ejemplo, el envoltorio de celofán no está perfectamente tenso y los pliegues son irregulares; el envase de cartón es de baja calidad y con irregularidades en su impresión; en el etiquetado, las referencias (código de barras, ingredientes, número de lote) aparecen incompletas o ni siquiera aparecen; el frasco muestra muy notables las juntas del cristal; la cánula dispensadora es más larga y gruesa de lo normal, y el líquido, al agitarlo, presenta una espuma que no desaparece rápidamente como en el caso de los productos originales.