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La apuesta de Lidl por la industria agroalimentaria catalana se ve reflejada, una vez más, en la trayectoria de sus compras de productos de la región durante los tres últimos años (2020-2022), periodo en el que la cadena de supermercados ha aumentado casi un 25% sus adquisiciones en Cataluña. Actualmente la firma moviliza 825 millones de euros anuales para la adquisición de artículos de la comunidad autónoma que, sumados a la inversión acumulada desde 2020, ya superan los 2.180 millones de euros en total.
Este crecimiento, que responde al apoyo decidido de Lidl a los productores de la zona, ha permitido también potenciar su estrategia de colaboración con empresas locales. De este modo, durante este periodo, la enseña ha incrementado más de un 10% el número de proveedores catalanes con los que trabaja de forma recurrente, hasta superar los 180 a día de hoy. Se trata de una apuesta en el desarrollo de negocio tanto de empresas consolidadas como de pequeños proveedores que reafirma a la marca como una de las principales plataformas comercializadoras de producto local, un aspecto clave en el contexto actual de especial dificultad para muchas de estas empresas.
Este compromiso con los productos del territorio también se ha visto reflejado, en estos últimos 3 años, en un incremento de cerca del 25% en el número de referencias que la empresa compra a proveedores de la región y oferta en sus lineales nacionales e internacionales, rozando ya las 1.900.
Así, entre 2020 y 2022, la cadena de supermercados ha incorporado a las estanterías de sus tiendas unos 370 nuevos productos catalanes, entre los que se encuentran distintas variedades de frutas y verduras, embutidos, lácteos, vinos o aceites… La gran mayoría de ellos se venden de forma continuada, mientras que otros se comercializan según la temporada.
Del total de estas referencias, más de un centenar de productos típicamente catalanes se presentan en los establecimientos de las cuatro provincias bajo el sello ‘És d’aquí, és bo’ (con el que los consumidores pueden identificar el origen de los alimentos al tiempo que pone en valor el sector primario catalán), mientras que las otras más de 1.770 referencias restantes son comercializadas en sus tiendas de España y Europa.
La compañía se consolida también como una relevante plataforma de internacionalización del producto catalán, exportando a una treintena de países alrededor del 30% del producto adquirido en el territorio. Traducido a cifras absolutas, en el último año, se han exportado artículos de esta región por valor de 225 millones de euros, 55 millones de euros más que en 2020.
A nivel provincial, Tarragona y Lleida son las demarcaciones en las que Lidl destina un mayor porcentaje de sus compras a la exportación. Mientras que en Tarragona internacionaliza el 59% de sus compras de producto catalán, en Lleida exporta el 57%.
Desde que Lidl llegara a Cataluña en 1994, abriendo en Lleida su primer establecimiento en la CCAA, ha desarrollado un plan de expansión que le ha llevado a contar en la actualidad con más de 120 tiendas y una plataforma logística en Montcada i Reixac. En su apuesta por seguir creciendo en la región, tiene previsto construir 2 nuevos almacenes en Martorell (Barcelona) y Constantí (Tarragona), que inaugurará durante los próximos años.
Además, con la creación de empleo de calidad y su decidida apuesta por los proveedores y el producto local, ha conseguido afianzarse como una de las principales cadenas en generación de riqueza en el territorio catalán. Según los últimos datos del Informe de Impacto de Lidl en España, elaborado por la consultora independiente PwC, la empresa es responsable, de forma directa, indirecta e inducida, de unos 25.980 empleos en Cataluña (un 0,74% del total de la región) y aporta cerca de 1.270M€ anuales al PIB de la región (lo que equivale a un 0,55% del total).