Revista
El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha destacado la importancia de los acuerdos comerciales con terceros países, porque constituyen una gran fuente de ingresos para el sector agroalimentario y permiten que éste desempeñe un papel estratégico en la economía española.
En respuesta a una interpelación del grupo parlamentario de VOX en el Congreso de los diputados, el ministro ha recordado que España es el cuarto país exportador de productos agroalimentarios de la Unión Europeo y el séptimo del mundo, con un volumen de ventas que en el último año superó los 70.100 millones de euros. Ha destacado que la balanza comercial arroja un saldo positivo de 14.900 millones de euros, cuando hace apenas 20 años era negativa.
Ha reiterado la importancia de establecer “cláusulas espejo” para exigir a los productos importados las mismas condiciones de producción que las que se requieren en la Unión Europea, una reivindicación que ha recordado viene liderando España.
Ha señalado que las importaciones de terceros países están perfectamente controladas con un mecanismo aduanero en el que están implicados los Puntos de Inspección en Frontera (PIF) del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Aduanas (Ministerio de Hacienda) y Sanidad Exterior (Ministerio de Sanidad) y en el que se realiza un colosal esfuerzo.
El ministro ha reconocido que los agricultores, ganaderos y el mundo rural en general atraviesan un momento de auténticos problemas, derivados de la necesaria transición ecológica a la que obliga el cambio climático, y acuciados además por una situación de prolongada sequía, y ha recalcado que “es necesario escucharlos y darles soluciones”. En su intervención en el Parlamento, Luis Planas ha pedido a los grupos de la oposición que “no manipulen las legítimas preocupaciones de los agricultores y ganaderos” y ha reiterado la disposición del Gobierno al diálogo y al entendimiento como estrategia de actuación.
Ha desgranado algunas de las medidas impulsadas por el Gobierno para facilitar esta transición, como la apuesta por el regadío sostenible, con un programa de modernización que contempla inversiones por más de 2.400 millones de euros, e incluye la incorporación de aguas no convencionales o recicladas y actuaciones de ahorro energético. Asímismo ha destacado la importancia de que la Unión Europea avance en la aplicación de nuevas genéticas de producción, debate impulsado por España durante el semestre de Presidencia del Consejo, ya que con ellas se podrán resistir mejor las condiciones del cambio climático.
También ha destacado el esfuerzo hecho por los agricultores y ganaderos para la adopción de ecorregímenes, la nueva figura de la Política Agraria Común (PAC) que remunera buenas prácticas medioambientales, ya que tres de cada cuatro agricultores se han acogido a estas prácticas voluntarias.
Igualmente ha incidido en la apuesta del Gobierno por mantener y fortalecer el apoyo a la contratación de seguros agrarios y la necesidad de adaptar línea por línea ante el incremento de las indemnizaciones por el incremento de la siniestralidad a causa del cambio climático. El ministro ha recordado las medidas de apoyo puestas en marcha en los últimos dos años por valor superior a 4.000 millones de euros, 1.400 de ellos en ayudas directas.
El ministro ha hecho también una mención destacada a la ley de la cadena alimentaria que, tras la reforma en vigor desde diciembre de 2021 garantiza a los agricultores y ganaderos una remuneración por encima de los costes de producción, y que está sirviendo de modelo para algunos Estados miembros de la UE. Ha citado como ejemplo el precio de la leche pagada al ganadero estaba en 0,31 euros el litro en enero de 2022, mientras que en noviembre del 2023 había subido a 0,51 euros por litro, uno de los más elevados de la UE, gracias al trabajo de este Gobierno y a su reforma.