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Las empresas españolas se encuentran en estos momentos extraordinariamente preparadas para competir en el gran tablero de la economía internacional. Lo acreditan así los excelentes datos recientemente publicados por el Ministerio de Economía, Comercio y Empresa: nuestras exportaciones han crecido un 15,8% interanual en abril de 2024 hasta los 33.990 millones de euros, mostrando así un mayor dinamismo que las principales economías de nuestro entorno. En ese mismo mes, nuestras exportaciones han crecido por encima de nuestros principales socios, como Alemania o Francia, e incluso de otras potencias exportadoras como Estados Unidos, Japón y China.
Sin embargo, cada sector de actividad sigue atravesando su desafío particular que encuentra en el agitado panorama global su denominador común. En el caso de la industria hortofrutícola, robusto históricamente en términos de exportaciones y fundamental para la economía española, lleva un tiempo alzando la voz frente al fuerte nivel de importaciones que se están produciendo, algo a todas luces preocupante.
Sin ir más lejos, el año pasado las importaciones españolas de frutas y verduras alcanzaron los 4,1 millones de toneladas con un incremento del 7% frente a una demanda interior estimada en unos 9 millones de toneladas. Esto supone un 50% más que hace una década, cuando las importaciones ascendieron a entre 2,5 y 2,6 millones de toneladas, según recoge la Federación de Productores y Exportadores de Frutas y Hortalizas.
Las causas son consabidas por los profesionales de este sector: por un lado, los productos que llegan desde terceros países (fuera de la UE) estarían incumplimiento con nuestra normativa comunitaria de calidad, siendo tratados con sustancias fitosanitarias no autorizadas en el entorno europeo. Por otro lado, los costes de producción se han incrementado significativamente desde la pandemia: un 41% de media en los últimos tres años. Insumos esenciales como la energía y los carburantes utilizados para la maquinaria agraria son hoy un 54,44% más caros que en 2020. Esto son solo algunos ejemplos de cómo la incertidumbre del sector se incrementa mientras el campo español se resiente.
“La industria hortofrutícola lleva un tiempo alzando la voz frente al fuerte nivel de importaciones que se están produciendo, algo a todas luces preocupante”
Es en este contexto cuando adquieren especial relevancia aquellas herramientas que ayuden a gestionar los riesgos de forma integral, teniendo presente los seguros de crédito a la exportación, como una excelente forma de crecer con seguridad y protegerse contra los impagos, proporcionado seguridad en las operaciones internacionales de las empresas.
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