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Todos sabemos que la cadena de frio es necesaria para mantener los alimentos en un rango de temperatura idóneo, desde que se obtienen de la tierra o los animales, hasta que llegan a nuestra mesa, listos para ser consumidos. Sabemos también que es necesario mantener una temperatura constante durante toda la cadena, al tiempo que monitorizamos el estado de los productos, especialmente aquellos que son más sensibles a los cambios de temperatura. Y es que la cadena de frío nos permite incrementar el tiempo de comercialización de nuestros productos, ayudándonos a mantener sus propiedades físicas y bioquímicas.
Otra cosa que a estas alturas también sabemos de sobra es que la llegada del comercio electrónico, especialmente a partir de la pandemia, se ha convertido en un reto sin precedentes tanto para fabricantes como para retailers de alimentos. Al comercializar productos de primera necesidad, el sector de la alimentación no ha tenido que preocuparse tanto por la demanda como por la distribución. De acuerdo con un estudio sobre ecommerce retail, el éxito del sector en el canal online dependerá de la habilidad que tengan las compañías para desarrollar una estrategia de ecommerce acertada, pero sobre todo, de su dominio de la logística. Además, el margen de beneficios del canal online de alimentos y bebidas es muy justo (generalmente oscila entre el 2 y el 4%*) y si a esto le restamos los productos perecederos que se quedan por el camino y los costes de la última milla, el ecommerce podría dejar de ser rentable. ¿Cómo puede el sector hacer frente a esta nueva realidad del consumo?, ¿cuál es la importancia de la cadena de frío en este escenario?
En un testimonial que hizo para SSI Schaefer en 2020, Yerik C. Cosiquien, CEO de Orca Cold Chain Solutions, aseguró que hoy en día hasta el 37% de la comida que se produce en el mundo se desperdicia a consecuencia de fallos durante la cadena de suministro. Este dato nos explica por qué cada vez hay más empresas del sector alimenticio que invierten en logística. Esta creciente conciencia nos ha llevado incrementar nuestros esfuerzos para mantener alimentos y bebidas en condiciones óptimas, detonando la demanda de la logística del frío. No es de extrañar, entonces, que en Europa se prevea un crecimiento en la logística del frío de 28.000 millones de euros en los próximos 5 años, pasando de los 67.000 millones de euros de 2020, a los más de 95.000 millones que se esperan en 2025.
Los cambios en los hábitos de compra, reflejados en el crecimiento del comercio electrónico, en la necesidad de reducir la cantidad de comida que se desperdicia y en una creciente demanda de productos empacados, han acentuado esta tendencia y son las claves que hacen de éste un tema prioritario. En este contexto, el correcto almacenamiento y la trazabilidad de productos alimenticios serán las claves para que las compañías de este sector sean más competitivas.
Así, es cada vez más común que productos congelados (carnes, helados, pescados y mariscos, etc.) lleguen a los consumidores finales a través de plataformas online. La investigación de Mercatus and Incisiv estima que en Estados Unidos el ecommerce de productos comestibles llegará a los 250.000 millones de dólares en 2025, en comparación con los 54.000 millones de dólares que informó Digital Commerce 360 en 2019. Según otro estudio realizado por Bain & Company, que analiza la evolución de la penetración del ecommerce en Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania e Italia, en 2020 estos países experimentaron una aceleración en la penetración del canal online equivalente al crecimiento de dos a cinco años.
Los retos más importantes que enfrentará la industria de la alimentación estarán relacionados, por una parte, con la sostenibilidad (es decir, el ahorro energético y la reducción en las emisiones de CO2) y, por otra parte, con la automatización, especialmente del picking, ya que la manipulación incorrecta de los productos puede significar que los alimentos no sean aptos para su venta al consumidor final. Para superar estos desafíos, la automatización es una pieza fundamental.
Tanto si se trata de emplazamientos industriales existentes, denominados brownfield, como si hablamos de instalaciones nuevas o greenfield, el funcionamiento de un almacén de frío requiere un delicado equilibrio entre eficiencia energética y productividad. Con varias zonas de temperatura, desde la ambiental hasta la de congelación, cada metro cúbico impacta en los reducidos márgenes de beneficio que obtiene el sector con el ecommerce.
Cuando hablamos de mecatrónica y automatización en sistemas intralogísticos, siempre podemos confiar en la tecnología de SSI Schaefer. Si te interesa este tema, te invitamos a conocer las soluciones que propone SSI Schaefer a través de sus casos de éxito en España y el mundo… siempre es interesante saber qué están haciendo otras empresas del sector para enfrentar con éxito estos retos.
*Fulfillment Deep Dive: MFCs = Best Path to Profitability; WMT Top Grocery Play. Jeffries, October 2019.