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Con la recuperación económica en curso e inmersos en la época más importante para el consumo del año (Black Friday, Navidad, Reyes, etc.), para casi la mitad de los consumidores en nuestro país el actual es un momento más que bueno para comprar. Hace un año, y preguntados por esa misma cuestión, sólo un 34% los españoles reconocía este optimismo, 13 puntos menos, según el último Estudio Global de Confianza de los Consumidores elaborado por Nielsen.
En ello tiene mucho que ver la mejora de los datos de empleo, a pesar del traspiés del mes de octubre, que provoca que los consumidores tengan más confianza –uno de los principales motores de consumo- situándose ya en 91 puntos, cinco más que al término de 2016, aunque sin cambios respecto al segundo trimestre.
Además, las perspectivas laborables para los españoles también mejoran. Para un 39%, el horizonte laboral en los próximos doce meses será bueno, un crecimiento significativo frente al 28% de personas que así lo veían a finales de 2016.
De hecho, son más las personas que consideran que el país ya no está en recesión, un38%, dos puntos más que en el trimestre anterior. Y es que las noticias sobre el crecimiento económico de España, a mayor ritmo que el conjunto de la Zona Euro, incluso con revisiones al alza de cuánto crecerá el PIB en 2017, ayudan a crear un clima de confianza en torno a la economía muy apropiado para el consumo.
Facturas y ocio, principales medidas de contención
A pesar de las mejoras económicas, y su trascendencia en la mente del consumidor, los hogares españoles tienden a la contención de gasto con vistas a ahorrar y maximizar el presupuesto doméstico. La principal es vigilar el consumo de luz y calefacción, algo que pone en práctica el 60% de los españoles; mientras que un 55% opta por reducir sus salidas de ocio.
Y cuando la situación económica mejore, son pocos los españoles que se quedarán en casa (un 26%), pero serán muchos más los que sigan celosos de mantener a raya lo que pagan por la luz y la calefacción en sus casas (un 48%).
No obstante, se aprecian diferencias entre los españoles y el conjunto de los europeos a la hora de poner en práctica medidas de ahorro. Y es que los europeos ni miran con tanto detalle la factura energética ni recortan tanto las salidas de casa como los españoles, sino que optan sencillamente por comprar menos ropa y pasarse a marcas/productos más baratos cuando hacen la compra.
Según Gustavo Núñez, director general de Nielsen Iberia, "2017 está siendo un muy buen año y se nota cuando observamos cómo la confianza de los españoles para consumir está en niveles precrisis. El crecimiento se está sustentando en la demanda, pero a ésta hay que incentivarla con nuevas propuestas de alto valor añadido. Para 2018 se espera una ralentización del crecimiento y para atenuarla hay que ser ágiles y sorprender al consumidor, sólo así podremos crecer en volumen en un contexto poco proclive a priori al estar la población estancada".