Revista
Las Navidades ya están a la vuelta de la esquina. Ya huele a turrón, roscón y polvorones. Ya se escuchan los villancicos y a los niños de San Idelfonso. Ya se ven las luces y todo tipo de adornos navideños que decoran los centros comerciales, los escaparates y las calles. Ya llegan los reyes magos, las cenas con familiares y amigos, y las compras.
La Navidad es un momento de reunión, de ilusión, de tradición, de compartir y de disfrutar de las pequeñas cosas de la vida. Sin embargo, con el paso de los años, esta fecha se ha convertido en un momento para el derroche y el consumismo. Este año, con la recuperación de la economía en marcha y la publicidad seduciéndonos con más de un mes de antelación, las previsiones apuntan a que los españoles gastarán de media 682 euros en Navidad, un 4% más que el año pasado.
Sin embargo, paralelamente, cada vez más, parece que las tendencias de consumo responsable y desarrollo sostenible ganan más adeptos. El nuevo perfil del consumidor español es un consumidor más exigente, más solidario y responsable. Precisamente, uno de los principios básicos del consumo responsable es no gastar por gastar. Y, aunque el ambiente navideño nos lo ponga difícil, debemos hacer un esfuerzo por meditar de qué manera podemos celebrar las fiestas sin derrochar dinero, energía y recursos.
En Navidad, más que nunca, debemos tener presente las reglas de oro del consumidor responsable: reducir, reciclar y reutilizar para no gastar innecesariamente y disfrutar de una Navidad sostenible y respetuosa con el medio ambiente. En lo que respecta a nuestro sector, la sociedad va siendo consciente de que todos somos responsables, cada uno en su papel, para evitar el desperdicio de alimentos y fomentar un consumo responsable. Todos los actores implicados, productores, distribuidores y consumidores, desempeñamos un papel determinante en la consolidación de un consumo responsable en esta época.
Unos y otros debemos predicar con el ejemplo, informar y concienciar del necesario equilibrio entre economía, sociedad y medioambiente. En Calidad Pascual, por ejemplo, apostamos por la prevención del desperdicio alimentario a través de distintas acciones o grupos de trabajo existentes en la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) y la Asociación de Fabricantes y Distribuidores (AECOC).
Entonces, ¿podemos disfrutar de estas fiestas sin necesidad de consumir sin medida? Por supuesto que sí. Asumamos el reto. Creemos nuevas tradiciones que pongan el énfasis en una forma de celebración más justa social y ambientalmente. Aprovechemos el ambiente navideño que invita a la reflexión para analizar nuestros hábitos y canalizar nuestro primer impulso consumista hacia un consumo responsable, social y medioambiental. Ese el auténtico regalo que, por mi parte, les deseo estas navidades.