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El sector de bebidas espirituosas ha perdido desde el inicio de la crisis "una de cada dos consumiciones, lo que supone una caída de casi el 50% de su cuota de mercado", según fuentes de la Federación Española de Bebidas Espirituosas (FEBE). Si bien es un dato que puede calificarse como "dramático", parece que soplan vientos más favorables para el sector. A lo largo de 2014, se comercializaron en España en torno a 200 millones de litros de bebidas espirituosas, un 4,9% menos que en el año 2013. Una cifra aún en negativo pero que en comparación con la caída experimentada un año antes, que alcanzó el 8%, permite realizar una lectura de "cambio" o al menos de contención en el descenso experimentado en los últimos años.
Pese a la mejoría económica, la mayoría de los españoles sigue poniendo en práctica medidas a favor del ahorro. Y entre las más habituales y primeras que se ejecuta está el reducir el gasto en ocio fuera del hogar. Medida que, por el contrario, también es una de las primeras en ser olvidada cuando la mejoría de la situación económica se hace más palpable. Este es uno de los puntos sobre los que una lectura de los datos de comercialización de bebidas espirituosas registrados en los últimos años puede sustentar una conclusión de punto de inflexión y de mejoría pese al descenso de un 4,9% experimentado en 2014 sigue dibujando una tendencia a la baja.
De acuerdo con los datos facilitados por IRI, empresa de información de mercado del sector de retail y FMCG, para el TAM septiembre de 2015, el volumen de ventas de bebidas espirituosas en el canal de gran consumo descendió un -1,7%, mientras que su valor se mantuvo prácticamente estable al caer solo un -0,2%. De esta forma, el volumen total de ventas en este canal se situó en los 72,7 millones de litros para un valor de 846,2 millones de euros.
Evolución positiva
Esta evolución se puede considerar positiva si se tiene en cuenta que en 2014 las ventas habían descendido del orden de 3,3 millones de litros con respecto al ejercicio anterior (-4,2%) y el valor del mercado se había resentido un -1,9%, dejándose por el camino casi 17 millones de euros. En un cuadro adjunto se puede ver que en los dos últimos años, el mercado de bebidas espirituosas en gran consumo ha descendido en más de 4,5 millones de litros (-5,9%) y ha dejado de facturar 18 millones de euros (-2,1%).
Durante el último ejercicio, la mejoría en la evolución negativa del mercado de bebidas espirituosas de años anteriores ha venido generada básicamente por el comportamiento de la categoría de ginebras, situándose como segunda categoría en ventas, por detrás de whisky y por delante del ron. Esa pujanza de las ginebras se sustentan en la positiva evolución del segmento Premium y en la especialidades –donde incide la inclinación hacia las bebidas de graduaciones más moderadas con sabores frutales, más dulces y con ciertos toques aromáticos-, así como en la tendencia "Gin tonic" y en un mayor interés por el mundo de los cócteles, que ha calado entre los consumidores más jóvenes y que tiene aún mucho camino por recorrer y a la que se irán incorporando otras bebidas como el whisky o el vodka.
En cualquier caso, también la mejoría vendrá de la mano de la aparición de nuevos productos que aporten valor a la categoría, en el caso por ejemplo del whisky, y también del descenso de promociones (aparejado con una recuperación del consumo), que ofrecen volumen sacrificando valor. Por supuesto, la percepción de una economía "más positiva" también ayudará a que el consumidor mire con otros ojos los productos Premium y vaya dejando de lado las gamas de precio más económico.
Algo que ya se está notando con el impulso de la innovación y la incorporación de bebidas de gama alta, a unos lineales en donde las Marcas de Distribuidor llegan a una cuota en volumen de ventas del 25,7% en el caso de los whiskys, del 30,4% en la de anís, pacharán y aguardientes, del 29,6% en ron, ginebra, tequila y vodka, del 32,8% en el caso de licores y cremas, y del 15,5% en brandy, cognac y armagnac.
Puede leer el informe de mercado completo en el nº 1628 de la revista ARAL.