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La acuicultura española ha experimentado en los últimos dos años una senda de recuperación y se prevé que continúe incrementando su volumen de producción en los próximos años. Según los datos del último Informe Anual de Apromar la cosecha acuícola en España fue de 326.520 toneladas (más de 75.000 toneladas corresponden a pescado fresco de las especies lubina, dorada, atún, corvina, lenguado, trucha y rodaballo) y en valor en primera venta de 760,7 millones de euros en 2022. Sin embargo, aun siendo el país líder en producción acuícola en la Unión Europea, España todavía tiene que importar el 60% de productos acuáticos, más de 1.700.000 toneladas cada año, en su mayoría, procedentes de países tan dispares como Francia, Marruecos, Grecia, Portugal, Namibia, Turquía o China. Concretamente, durante el año pasado se tuvieron que importar 35.100 toneladas de lubina y 29.500 toneladas de dorada, ya que los productos nacionales llegaron a alcanzar tan solo 25.102 toneladas y 9.562 toneladas, respectivamente.
En la Unión Europea, la dependencia de terceros países en materia alimentaria es un tema que está presente en las agendas de los organismos internacionales competentes porque les preocupa el suministro de los productos esenciales de una dieta saludable. Tan solo durante 2022, la dependencia de productos acuáticos importados por parte de la UE fue del 67%, principalmente causada por una reducción en las capturas de la pesca extractiva. Esto sitúa a la acuicultura sostenible como un modelo imprescindible para equilibrar la tasa de autosuficiencia europea en alimentos acuáticos.
Javier Ojeda: "Hay que aprovechar las oportunidades que ofrece el mercado global actual, con su dinamismo y su apertura, y continuar innovando en un sector cada vez más exigente para conseguir ser más competitivos dentro y fuera de la UE"
Actualmente, la acuicultura es un sector en auge y prueba de ello es que la FAO afirma que más de la mitad de los productos acuáticos que se consumen a nivel mundial proceden de la acuicultura y prevé que siga incrementando su producción y comercialización para 2030. Actualmente dicho comercio exterior está movilizando 8,72 toneladas al año, lo que supone un valor de 31.170 millones de euros.
Javier Ojeda, gerente de Apromar (Asociación Empresarial de Acuicultura de España), ha indicado: “Hay que aprovechar las oportunidades que ofrece el mercado global actual, con su dinamismo y su apertura, y continuar innovando en un sector cada vez más exigente para conseguir ser más competitivos dentro y fuera de la UE. Es evidente que existe la necesidad de garantizar el suministro de este alimento para una población cada vez mayor pero también debemos reforzar nuestra soberanía alimentaria”.
Ante la inflación registrada en los últimos meses, los hogares españoles han experimentado una reducción del 15,6% en el consumo de productos acuáticos, disminuyendo su consumo a 19,2 kilos por persona y año, de media. La acuicultura española, capaz de aumentar la disponibilidad de productos acuáticos de cultivo durante todo el año, es la clave para hacer más accesible este alimento y que todas las personas puedan alcanzar las 3-4 raciones de pescado a la semana que recomienda la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan).
Por último, según afirma la FAO la producción mundial acuícola y de la pesca extractiva están alcanzando cifras muy similares, ambas producen alrededor del 50%, alcanzando juntas la cifra global de 218 millones de toneladas; por lo tanto, a fin de lograr una acuicultura mundial sostenible, inclusiva y equitativa, el sector acuícola está poniendo todo su esfuerzo en seguir creciendo para conseguir acercar este producto, tan necesario por su aporte nutricional, a todas las mesas españolas.