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Cuando a finales de 2020 proyectábamos qué iba a pasar durante este año esbozábamos un primer semestre con una economía muy marcada aun por las restricciones de la pandemia y una segunda mitad de año de vuelta a la normalidad e inicio de la recuperación. Lamentablemente, cuando todo apuntaba en buena dirección, el inicio del segundo verano de pandemia pero el primero con vacuna está coincidiendo con una quinta ola de la crisis sanitaria y con la aplicación de nuevas restricciones.
El repunte de los contagios en España y las recomendaciones de países como Francia de no viajar a nuestro país es un nuevo mazazo para un sector como el de la hostelería y el turismo que, tras una etapa durísima, comenzaba a ver la luz al final del túnel.
Dadas las circunstancias habrá que seguir minuto a minuto la evolución de la pandemia para poder hacer previsiones y confirmar si esta nueva ola hace que cambien de planes ese 53% de españoles que, según el barómetro Shopperview de AECOC, se mostraba decidido hace unas semanas a salir de vacaciones.
“Las fórmulas de siempre no van a resultar eficaces para afrontar con éxito los nuevos desafíos”
También habrá que analizar el posible impacto de la nueva situación en la confianza del consumidor. Y es que conviene recordar que hasta hace tan sólo unos días los avances en la vacunación marcaban una gran diferencia con respecto a la campaña de verano del pasado año y que, hasta el momento, la confianza del consumidor ha ido aumentando mes a mes, lo cual es clave para dinamizar el consumo.
Por ello, lejos de caer en el pesimismo debemos seguir trabajando para trasladar confianza al conjunto de la sociedad y para reactivar una economía que en 2020 vio desaparecer a 207.000 empresas, 323.000 autónomos y perdió el 11% de su PIB.
Los agentes políticos, económicos y sociales tenemos la enorme responsabilidad de trabajar, codo con codo, para reanimar una economía que en 2020 ha quedado gravemente herida pero que, con las medidas adecuadas, puede recuperarse. Es un desafío que en AECOC asumimos plenamente y desde la convicción de que el gran consumo puede ejercer como motor de la reactivación económica y social de nuestro país.
En ese sentido, es importante resaltar que la cadena de valor del gran consumo aporta cerca de 4,5 millones de puestos de trabajo al conjunto de la sociedad y más del 25% del PIB y que, durante los peores momentos de esta crisis, ha sido sostén de la economía gracias a su resiliencia y capacidad de liderazgo.
La crisis del COVID-19 nos está dejando grandes aprendizajes y, sin duda, uno de ellos es que las fórmulas de siempre no van a resultar eficaces para afrontar con éxito los nuevos desafíos.
La Comisión Europea ha señalado la sostenibilidad, la digitalización y la mejora de la competitividad empresarial como los ejes sobre los que apalancar la recuperación económica. . Unos ejes que coinciden plenamente con los pilares del plan estratégico de AECOC 2020-2023.
En ese marco de actuación, desde la Asociación vamos a seguir trabajando para ayudar a nuestras más de 31.000 empresas a avanzar en áreas como la sostenibilidad y el impulso de la economía circular; la transparencia de la cadena de valor; eficiencia y excelencia en las operaciones; la anticipación al marco regulatorio; la gestión del talento y el desarrollo de las capacidades digitales y de la omnicanalidad.
El escenario actual hace, además, más necesario que nunca monitorizar los cambios que se están produciendo en los hábitos del consumidor, la evolución de la situación económica y también en cómo el marco legislativo impacta en los planes de nuestras empresas.
“Las compañías del gran consumo tienen la capacidad y la voluntad de liderar la recuperación económica de nuestro país y, desde AECOC, vamos a seguir trabajando para ayudarlas a conseguirlo”
Estos son los ejes de nuestro plan de acción para los próximos años y nuestro compromiso con las empresas asociadas. Pero, además, tenemos un compromiso adicional con la recuperación económica de todos los sectores a los que agrupamos.
Conviene precisar que la crisis del COVID-19 ha impactado de manera muy dispar en los distintos sectores que conforman la realidad de AECOC. Así, mientras la distribución alimentaria fue declarada esencial y pudo mantener su actividad, la hostelería – y toda la industria de alimentación y bebidas que le da servicio- o todo el comercio no alimentario han sufrido un terrible impacto por el cierre impuesto a sus negocios.
La progresiva recuperación de la normalidad ha permitido que el consumo doméstico y el del fuera del hogar vuelvan a convivir –y habrá que ver como evoluciona esa convivencia- y, por otro lado, sectores como el de la ferretería y el bricolaje o la electrónica de consumo que, al inicio de la pandemia sufrieron mucho, ahora están registrando cifras de venta récord debido al incremento del tiempo que el consumidor pasa en el hogar y la inversión que hace en el mismo para hacerlo más confortable y lo más adaptado posible a su nuevo estilo de vida.
Son, sin duda, situaciones muy heterogéneas y con las que AECOC está totalmente sensibilizada.
Por ello, tal y como hemos venido reclamando desde el inicio de la crisis, es imprescindible que todas las medidas que se tomen vayan destinadas a garantizar la pervivencia y liquidez del mayor número posible de negocios, así como el mantenimiento del máximo número de puestos de trabajo. Con ese fin, medidas como los ERTE han sido y siguen siendo fundamentales, por lo que las asociaciones empresariales reclamamos que se prolonguen en el tiempo.
Además, es evidente que los paquetes de ayuda puestos a disposición de los diferentes sectores han sido insuficientes, ya que la pandemia ha llevado al cierre a muchos restaurantes y comercios no alimentarios, así como de muchos de sus proveedores.
Por esa razón, de cara al futuro, habría que intensificar las ayudas y evitar cualquier medida que desincentive el consumo o la contratación, como, por ejemplo, subidas de impuestos o una reforma laboral que reste flexibilidad al mercado de trabajo. En paralelo, es imprescindible una gestión adecuada de los Fondos Next Generation, que ofrecen una magnífica oportunidad para configurar un ecosistema empresarial más sostenible, digital y competitivo y que deben ser bien aprovechados.
Estos fondos son una magnífica oportunidad para contribuir a la recuperación de los sectores que más han sufrido durante esta pandemia y también para impulsar un nuevo modelo de crecimiento más acorde a las demandas de nuestra sociedad y nuestro planeta.
Además, desde AECOC, queremos incidir en que el tejido empresarial necesita un marco regulatorio armonizado, en el que las empresas que operan nacional o incluso internacionalmente no tengan que tomar medidas diferentes en cada territorio. Es importante resaltar que la falta de armonización tiene costes elevadísimos para las compañías y, por ello, es un freno a la competitividad empresarial y un lastre para nuestra economía.
Desde AECOC queremos tender la mano al conjunto del tejido empresarial y también a las administraciones para construir juntos un modelo de crecimiento que nos permita avanzar eficazmente en la dirección que nos marcan los objetivos de desarrollo sostenible. Queremos no sólo formar parte sino incluso liderar ese proceso de cambio pero, para ello, necesitamos que las medidas que se tomen para reactivar la economía no sean ajenas a la visión y necesidades de las empresas.
Las compañías del gran consumo tienen la capacidad y la voluntad de liderar la recuperación económica de nuestro país y, desde AECOC, vamos a seguir trabajando para ayudarlas a conseguirlo.