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El fin del estado de alarma y el aumento de los desplazamientos hacia destinos turísticos, principalmente junto al mar, ha obligado a Covirán a reforzar el servicio de abastecimiento para atender la creciente demanda de los supermercados de las zonas costeras. El 30% de los puntos de venta de la cooperativa en el territorio nacional —en concreto, 784 supermercados — se encuentran situados en zonas turísticas de España, en municipios o ciudades que están a menos de 10 kilómetros de la costa. A pie de playa, a menos de dos kilómetros del mar, hay repartidas 336 tiendas y a una distancia de entre dos y diez kilómetros, 448.
La presidenta de Covirán, Patro Contreras, ha agradecido la confianza que depositan los consumidores en los establecimientos de la cooperativa durante el periodo estival, una época en la que se intensifica el trabajo en la cadena de suministro para cubrir las necesidades de los clientes. “Nuestra red logística nos permite abastecer en tiempo y forma a nuestros socios con independencia del lugar. Llegamos a los pequeños municipios de la España rural pero también a los núcleos turísticos de la Costa que multiplican el número de habitantes en pleno verano y que, por consiguiente, incrementan sus ventas”, ha precisado Patro Contreras.
El proceso de expansión llevado a cabo en los últimos años por todo el territorio español, a excepción de Baleares, permite a los consumidores disponer de una tienda de proximidad, adaptada a las particularidades de cada territorio, con un surtido de productos variado y de gran calidad y una atención personalizada que se ha visto reforzada durante la pandemia.
Las zonas costeras con más establecimientos Covirán se sitúan en la parte más septentrional y meridional del país, en Cantabria y Cádiz donde cuenta con más de 100 supermercados. Le siguen Barcelona, A Coruña, Granada, Almería y Málaga donde se concentran entre 50 y 100 supermercados. Y le sigue el resto de provincias con puntos de venta diseminados a escasa distancia de las playas, a excepción de Castellón y Baleares.
La mayor parte de los enclaves turísticos se caracteriza por un mayor porcentaje de segundas viviendas y una mayor tasa de población flotante, sin residencia permanente. Cuanto más cerca de la primera línea de costa, más se acentúa la estacionalidad de la demanda.
Las bebidas, principalmente agua, vinos y espumosos; los alimentos frescos, frutas y verduras; los artículos de charcutería y panadería son los productos más consumidos durante el verano. Tienen también muy buena aceptación los ‘picnic’ saludables con un surtido de ibéricos, sobrasada y patés, según explican desde la cooperativa.