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Víver Kombucha comenzó su actividad comercial en plena pandemia. A pesar de eso, la empresa granadina no ha cesado de crecer. Actualmente, la firma produce unas 30.000 botellas de kombucha mensuales y va a acometr una nueva ampliación de instalaciones con la que espera alcanzar una capacidad productiva de 300.000 botellas al mes.
Aunque la empresa comenzó su distribución en tiendas y cadenas del sector ecológico, en tan solo un año ha conseguido tener presencia en enseñas como Alcampo, Covirán, Covalco, masymas y Comerbal.
La kombucha es una bebida milenaria a la que se le atribuyen numerosos beneficios para la salud. Fernando Martín y Raúl de Frutos, los fundadores de la marca, descubrieron la bebida durante su estancia en Chicago. Más tarde, decidieron poner en marcha el proyecto de Víver con sus propios ahorros.
Tienen presencia en enseñas como Alcampo, Covirán, Covalco, masymas y Comerbal
“Desde el principio vimos la necesidad de formular una kombucha artesanal con un sabor suave y equilibrado, que fuese apta para todos los paladares. Pusimos muchos esfuerzos en conseguir una kombucha auténtica que el consumidor pudiese disfrutar por su sabor. Esto ha sido clave en nuestro crecimiento y recientemente ha despertado el interés de grandes cadenas que buscan una kombucha que guste a todos los públicos, con la que poder impulsar esta categoría a las masas”, indican ambos.
La kombucha se elabora mediante la fermentación del té y el resultado de una bebida refrescante, baja en azúcar y con propiedades probióticas. Esto hace que la kombucha se esté posicionando como la alternativa saludable y real a los refrescos tradicionales. Los fundadores indican que desde que se han relajado las restricciones, están recibiendo mucha demanda por parte del sector Horeca, en donde han cerrado ya acuerdos con nueve distribuidores para poder aumentar así su red comercial.
Según Raúl de Frutos: “Cada vez son más los hosteleros que apuestan por nuestra kombucha para atraer a nuevos consumidores que quieren beber saludable en un entorno social. También vemos muchísimo interés en la coctelería, donde la kombucha aporta una complejidad de matices que es muy atractiva a la hora de crear conceptos diferentes que sorprendan al consumidor”.