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Setenta y cuatro empresas responsables de cerca del 80% del movimiento de mercancías del sector del gran consumo en España han participado en el informe Aecoc ‘Perspectivas para la logística en gran consumo en el nuevo entorno post Covid’, presentado por la Asociación de Fabricantes y Distribuidores, y que recoge las valoraciones de los diferentes actores de la cadena logística sobre cuáles han sido las claves de su actuación durante el confinamiento y qué retos operativos plantea la nueva normalidad.
Una de las cuestiones en la que tanto distribuidores como fabricantes y operadores logísticos coinciden es en vislumbrar un futuro próximo en el que el e-commerce y los servicios a domicilio ganarán protagonismo, mientras que un 70% de los encuestados opina que la compra en establecimientos físicos disminuirá en la nueva normalidad.
Un nuevo contexto que tiene consecuencias en la propia operativa de la cadena de valor. Las empresas prevén que, en los próximos meses, se configure una logística de proximidad y se consolide la digitalización de documentos.
De hecho, el 70% de operadores considera que esta nueva normalidad ofrece oportunidades a la hora de construir una cadena logística más digital, ágil y flexible, con el fin de ganar eficiencia en las operaciones.
En el análisis sobre el entorno que se está configurando, el 70% de las empresas cree que el cese de actividad de pequeñas empresas y autónomos será la principal problemática a la que se enfrentará el transporte de mercancías por carretera en los próximos meses, especialmente a partir del tercer trimestre del año.
Un aspecto relacionado con el cierre de las empresas como es la falta de liquidez, es la segunda más referida por parte de las compañías encuestadas, especialmente a medida que las líneas de financiación impulsadas por la administración se agoten, mientras que la tercera preocupación más recurrente es el impacto que tendrá la crisis sobre las inversiones empresariales y su resultado en cuestiones como las renovaciones de flota o proyectos de innovación, ambos aspectos clave en el objetivo de reducir las emisiones en las operaciones logísticas.
Una de las cuestiones en la que tanto distribuidores como fabricantes y operadores logísticos coinciden es en vislumbrar un futuro próximo en el que el e-commerce y los servicios a domicilio ganarán protagonismo
Echando la vista atrás, el 86,4% de las empresas indica que los cambios de hábitos de los consumidores y la resultante volatilidad de la demanda durante las primeras semanas de la crisis fue el mayor reto al que se tuvieron que enfrentar al inicio del confinamiento. El inesperado acopio de productos por parte de la población y fenómenos como el crecimiento en la compra de categorías como la de productos de limpieza e higiene generaron dificultades logísticas por la imposibilidad de preverlos.
El 59,4% también apunta a la dificultad que hubo para aprovisionarse de EPIs, mientras que más del 40% de las empresas señala los problemas que generaba la incertidumbre a corto plazo y la caída en la rentabilidad de las operaciones. “Estos factores, unidos a cuestiones como el incremento de los tiempos de espera en almacenes y centros logísticos, tuvieron un gran impacto en la eficiencia de los procesos logísticos, pero toda la cadena centró sus esfuerzos en garantizar el abastecimiento de la población confinada, dejando de lado cómo de rentables eran los movimientos”, indican desde Aecoc.
En esta línea, el sector no prevé cambios en su capacidad de respuesta a la hora de garantizar el abastecimiento de las tiendas. El 54% de los encuestados cree que los niveles de roturas de stock se mantendrán en las ratios anteriores a la crisis, por un 21% que opina que incluso bajarán y un 24% que considera que podrían aumentar.
Es un dato relevante, teniendo en cuenta que la distribución española fue la que mejor respondió de toda Europa al crecimiento repentino de la demanda durante el inicio de la crisis, con niveles de disponibilidad en los lineales cercanos al 93% incluso en los momentos más críticos.
La productividad de las operaciones sigue siendo uno de los grandes retos en la desescalada, lo que, según la mayoría de los encuestados, tendrá como consecuencia un aumento de los costes logísticos.
Más de la mitad de fabricantes y operadores logísticos considera que los costes de almacenaje y manipulación subirán, en parte por el impacto que tienen las medidas de prevención que se aplican en la desescalada sobre la productividad.
En cuanto a los distribuidores, el 69,2% espera un aumento de los costes del transporte, especialmente a causa del incremento de los retornos en vacío en larga distancia y el aumento de las operaciones de última milla.