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El sector de la hostelería estima un descenso de 65.000 establecimientos hosteleros en 2020. En el escenario actual, 40.000 negocios ya han echado el cierre y se prevé que 65.000 habrán desaparecido a final de año. En caso de que empeorara la crisis sanitaria, podría verse afectada la supervivencia de hasta 85.000 establecimientos. Estos son algunos de los datos que han ofrecido los representantes de la plataforma ‘Juntos con la Hostelería’, formada por Hostelería de España, Fiab y Aecoc.
Durante el encuentro, en el que han intervenido el presidente de Hostelería de España, José Luis Yzuel; el director general de Aecoc, José María Bonmatí; y el director general de Fiab, Mauricio García de Quevedo, la cadena de valor de la hostelería ha analizado el impacto que está suponiendo la evolución de la Covid-19 en el sector en España.
Los representantes de la cadena de valor de la hostelería han presentado varios de los datos extraídos del ‘Indicador de confianza’ correspondiente al segundo trimestre del año, elaborado por Hostelería de España. Según esta encuesta, el 97,7% de los empresarios califican de peores las ventas del segundo trimestre en comparación con las del mismo trimestre de 2019. Además, el 89% las sitúa también por debajo de las del trimestre anterior. Respecto a las perspectivas, más del 60% de los hosteleros encuestados piensa que las ventas del tercer trimestre van a ser peores que las del segundo.
Principales cifras de la hostelería en España antes de la crisis:
- Más de 315.000 establecimientos, entre bares, restaurantes, cafeterías, colectividades, locales de ocio nocturno y alojamientos.
- 1,7 millones de trabajadores, lo que supone el 8,7% del empleo total de España (la tercera industria nacional) y el 64% del empleo turístico. El 70% corresponde a autónomos y empresas de menos de 3 empleados.
- 6,2% del PIB nacional, en términos de VAB.
- Volumen de negocio de 123.612 millones de euros
Otro dato significativo es que el 19,6% de los negocios hosteleros no ha abierto sus puertas desde que terminara el Estado de Alarma el pasado 21 de junio. De ellos, un 45,9% considera que no hay demanda suficiente todavía para abrir, un 27,3% abrió y tuvo que volver a cerrar y un 26,8% ha decidido abrir a partir de septiembre. Por otro lado, entre los que han abierto, un 43,6% mantiene a parte de la plantilla en ERTE, y un 7,5% ha decidido despedir a parte de la plantilla.
En cuanto a afluencia, el 35,1% sitúa el descenso entre un 50 y 75%; el 33,1% lo sitúa entre un 25 y 50%; el 16,1% afirma que la afluencia a su establecimiento ha descendido más de un 75%, y un 10,7% asegura que ha descendido hasta un 25% menos.
Según apunta el indicador de confianza, la mayoría de los empresarios (casi el 46%) sitúa la recuperación de las cifras anteriores a la crisis en 2022 y cerca de un 40% piensa que habrá que esperar más: un 19,6% la sitúa en 2023 y un 18,9% incluso más adelante. Tan solo un 15,7% se muestra más optimista y considera que en 2021 las cifras se habrán recuperado.
Asimismo, las entidades que conforman la plataforma ‘Juntos con la Hostelería’ han ofrecido más datos que muestran el fuerte impacto de la Covid-19 en el sector. Uno de los aspectos que más se han visto afectados es el empleo. Y es que, según los datos de la Seguridad Social, en junio de 2020 el número de trabajadores en el sector ha descendido un 17, 4%, con algo más de 300.000 empleados menos, siendo ahora menos de 1,5 millones de empleados dados de alta en hostelería, frente a los casi 1,8 millones que había en junio de 2019. Además, del total de afiliados, en junio de este año, 557.254 estaban afectados por un ERTE por fuerza mayor, de los que 362.248 correspondían a las actividades de restauración.
Las previsiones que maneja el sector, en el peor de los escenarios, situarían la caída por encima de 400.000 trabajadores directos. Por su parte, un estudio realizado por la consultora Foqus y la Universidad de Valencia en el mes de junio, señala que la pérdida de empleo podría ser de entre 900.000 y 1,1 millones de puestos de trabajo, entre directos e indirectos.
La facturación es otro aspecto en el que las cifras muestran el fuerte impacto económico de la crisis en el sector. La caída de la facturación anual del sector hostelero español se situará por encima del 50% en el conjunto de 2020, lo que supone una pérdida de hasta 67.000 millones de euros.
Los representantes de la cadena de valor de la hostelería han solicitado atención a las administraciones públicas ante el escenario tan complejo que se le presenta al sector, que evoluciona de manera diferente en los distintos puntos de la geografía española.
El presidente de Hostelería de España, José Luis Yzuel, ha señalado que “estamos muy preocupados por los rebrotes que están teniendo lugar en los últimos días. Si la situación se agravara aún más, las pérdidas para el sector serían devastadoras. Necesitamos que las administraciones se comuniquen con nosotros de manera fluida para poder organizar nuestra actividad y que el Gobierno tome todas las medidas de acompañamiento necesarias que siguen pendientes para que el sector pueda subsistir”.
La facturación podría descender más de un 50%, con pérdidas de hasta 67.000 millones de euros
“Es imprescindible adoptar medidas que impulsen la recuperación de un sector estratégico para el país como es la hostelería. Por eso, consideramos impensable que se planteen subidas impositivas a la hostelería y a los productos que se comercializan en la misma. Incluso nos parece razonable que el Gobierno se plantee aplicar un IVA súper reducido a este canal hasta que se recuperen los niveles anteriores a la crisis del coronavirus. Otros países de nuestro entorno como Alemania o Reino Unido han bajado el IVA en más de diez puntos al turismo y la hostelería”, afirma Mauricio García de Quevedo, director general de Fiab.
Por su parte, el director general de Aecoc, José María Bonmatí, ha señalado que “es imprescindible destinar los recursos necesarios para tratar de mantener la actividad productiva y el empleo y, para ello, es imprescindible flexibilizar los ERTES, especialmente en un escenario tan incierto como el actual. Nuestra economía no puede permitirse perder un sector que ejerce como auténtico motor de empleo, que tira de tantos otros y que además presenta un innegable valor patrimonial”.