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El estudio ‘Producción Ecológica Mediterránea y Cambio Climático: Estado del Conocimiento’, realizado por la Cátedra de Producción Ecológica ‘Clemente Mata’ de la Universidad de Córdoba y editado por Ecovalia, revela que la producción ecológica es el modelo más adecuado para adaptarse a los cambios y que contribuye a la mitigación del cambio climático. Este estudio destierra falsos mitos y confirma la reducción de CO2, tanto en superficie como en kilo de producto.
El olivar es el cultivo que, por kilo de producto, reduce más la huella de carbono, en más del 100%, pudiendo incluso llegar a ser negativa. Los cereales de invierno, subtropicales y cítricos también lo hacen, en más de un 42%, un 40% y un 60%, respectivamente.
El cambio climático es un hecho que está afectando al planeta y es una de las principales preocupaciones de la sociedad, un asunto que se abordará durante la Cumbre Mundial del Clima el próximo 12 de diciembre en Madrid. La influencia humana es la principal causa de emisiones de gases efecto invernadero (GEI) que es, hasta ahora, la más alta de la historia. Así, las ocasionadas por la agricultura y la ganadería representan un 11% del total, pudiendo llegar al 25% de las emisiones globales si se tienen en cuenta los cálculos indirectos ocasionados por la producción de los insumos. Sin embargo, no todos los sistemas de producción de alimentos actúan de la misma forma de cara al cambio climático.
Ante la celebración en Madrid de la Cumbre Mundial por el Clima, el 12 de diciembre, la Ecovalia recuerda que cultivos ecológicos reducen más la huella de carbono, en comparación con el modelo tradicional
El modelo de agricultura y ganadería industrializado es el más extendido y se caracteriza por favorecer las emisiones de gases efecto invernadero. Según apunta el presidente de Ecovalia, Álvaro Barrera, “la alternativa está en la producción ecológica, un sistema profesional y el único reglado por una norma europea común a todos los estados miembros, que se ha demostrado que contribuye de una forma activa a frenar los efectos del Cambio Climático con la reducción de la huella de carbono. Del mismo modo, la agricultura y la ganadería ecológica aseguran las especies y razas autóctonas, respetan el medio ambiente y favorecen el empleo”.
Barrera añade que es hora “de poner el foco en la producción ecológica y conseguir el apoyo necesario para la producción ecológica, respaldando a los productores que apuestan por un sistema que se ha comprobado como el más efectivo para la mitigación del cambio climático, y refrendado este apoyo con la compra de productos ecológicos”.
Entre las principales conclusiones de este estudio destacan: la evidencia los cultivos ecológicos contribuyen a la mitigación del cambio climático a través de la reducción en las emisiones de óxido nitroso por el uso de fertilizantes; el incremento del secuestro de carbono a través de las cubiertas vegetales; y la disminución de la huella total de carbono por kilo de producto en la mayor parte de los cultivos analizados.
Por último, la implantación de las cubiertas vegetales, la reincorporación de los restos de poda, el reciclaje de los residuos de la agroindustria, la reducción del laboreo, el empleo de las energías renovables y el uso de variedades tradicionales son algunas de las prácticas que más efectos positivos presentan.