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Los materiales plásticos tienen un papel clave en la transición hacia una Economía Circular y más eficiente en el uso de los recursos. Conseguir que para 2030 todos los envases para alimentos y bebidas sean reutilizables o puedan reciclarse de manera rentable es un importante desafío en I+D+i. Ainia ya se encuentra trabajando en esta línea.
El principal desafío consiste en lograr que los nuevos materiales o soluciones alternativas al plástico convencional mantengan todo lo conseguido con estos. Es decir, que tengan las mismas propiedades barrera y otras funcionalidades que dan respuesta a las necesidades de conservación, calidad, seguridad y logística planteadas por la industria y la distribución, así como la comodidad y practicidad en el uso y la gestión del residuo demandadas por los ciudadanos y recicladores.
“Además de dar soporte a la demanda de la industria alimentaria de alternativas al plástico, en Ainia también estamos trabajando con los principales fabricantes de materiales plásticos para adecuar su oferta a las necesidades sociales y de sostenibilidad”, señala Carlos Enguix, jefe del departamento de tecnologías del envase de Ainia. “No olvidemos que el envase plástico en alimentación representa una amplia mayoría del mercado y sus funcionalidades hoy día son difícilmente equiparables por otros materiales, por lo que tenemos un amplio camino de I+D+i para avanzar. Para AINIA, el envase y el producto interaccionan juntos y como centro tecnológico integramos a fabricantes de alimentos, de materiales y recicladores en las soluciones que aportamos, cubriendo toda la cadena de valor”, añade.
Se trata de una bandeja para alimentos frescos cuyo material en un 90% es cartón y es 100% reciclable. Está recubierta con una fina capa de film y puede utilizarse para el envasado y conservación de carnes frescas, pescados, frutas y hortalizas, pizzas, yogures o embutidos.
El centro visualiza en este envase su línea de innovación en ecodiseño: 90% cartón y 100% reciclable
Su composición por capas introduce ventajas desde el punto de vista logístico, ya que posibilita que sea completamente plegable, facilitando y reduciendo los costes derivados del transporte y el almacenaje. Tampoco requiere costes adicionales de envasado, ya que pueden utilizarse las máquinas termoselladoras convencionales de las propias industrias alimentarias.
El borde de sellado es completamente plano y uniforme, lo que posibilita el envasado en MAP, vacío o skin. También la producción masiva. Aúna, por tanto, principios de mejora técnica, económica y medioambiental, lo que la convierte en una solución sostenible.
Así, como ejemplo, por cada millón de bandejas de plástico convencional utilizadas en carnes frescas, el ahorro de material plástico obtenido con esta bandeja de cartón de Ainia sería de 20 toneladas.
Esta es una de las soluciones de envasado sostenible para alimentos que Ainia ha presentado en MeetingPack 2019, donde también ha mostrado soluciones 4.0 para las plantas de reciclaje y avances en biomateriales.
Otra de las líneas en las que está trabajando Ainia para avanzar desde un modelo lineal a otro alternativo más sostenible basado en principios de la Economía Circular y el desarrollo de la Bioeconomía es la apuesta por los modelos de biorrefinería a partir de residuos orgánicos.
En este ámbito, Ainia participa en Urbiofin, un macroproyecto europeo demostrativo a gran escala que prevé transformar 10 toneladas/día de la Fracción Orgánica de Residuos Sólidos Urbanos (FORSU) en bioproductos de valor como los PoliHidroxiAlcanoatos o PHAs (bioplásticos), bioetileno , un gas que se emplea en las cámaras de muchas cooperativas para facilitar la maduración de fruta, o biofertilizantes líquidos de microalgas que promueven el crecimiento y la salud de las plantas, entre otros.
Ainia cuenta con amplia experiencia en la tecnología de bioproducción de PHAs (bioplásticos) a partir de residuos orgánicos mediante cultivos mixtos (técnica de fermentación que utiliza miles de microorganismos).
La tercera línea de trabajo de Ainia se orienta hacia los recicladores, pieza fundamental para conseguir el triple objetivo de “Reducir, Reutilizar y Reciclar”. Al respecto, Ainia lleva varios años trabajando con plantas de reciclaje aplicando sensórica avanzada a sus procesos de clasificación de plásticos usados.
Ayuda a plantas de reciclaje a clasificar los plásticos en automático gracias a la visión avanzada basada en infrarrojos
“Mediante tecnología de visión espectral basada en infrarrojos conseguimos definir patrones y clasificar de forma automática y en continuo diferentes tipos de plásticos usados. De esta forma, aumenta la eficiencia y productividad de las plantas de reciclaje actuales, así como la rigurosidad de sus clasificaciones, lo que permite aumentar la capacidad de las plantas actuales y mejorar la calidad de los plásticos reutilizados”, señala Lorenzo Cervera, responsable de este proyecto.
La principal ventaja de esta tecnología es que, combinada con robots para la manipulación y separación, es posible realizar una separación de diferentes tipos de plásticos (Pet, Pead y Brick) en una única pasada.