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En el sector del gran consumo preocupa, y mucho, el plan presupuestario del Gobierno para cumplir con el límite de déficit, al que el Consejo de Ministros dará luz verde el próximo viernes. Entre el paquete de medidas, destacan subidas de impuestos al alcohol (dejando fuera la cerveza y el vino), tabaco, bebidas azucaradas y para las grandes empresas.
En este contexto, los sectores de la cadena de valor agroalimentaria (sector primario, industria, y distribución), así como la hostelería, se han pronunciado para mostrar su preocupación por una nueva subida impositiva sobre determinados bienes de consumo, lo que, según afirman, afectaría directamente al ciudadano y retraería el consumo. Asociaciones como Aecoc, FIAB, Asedas, Aces o Anged, consideran que en estos momentos de repunte económico es imprescindible mantener cuanto menos el "statu quo" de los impuestos que recaen sobre el consumo.
El incremento reciente del PIB y del empleo en nuestro país obedece al efecto motor del repunte del consumo interno de los hogares
Los sectores del gran consumo alcanzaron, según el INE, una producción en el año 2015 de 480.000 millones de euros, aportando de forma agregada a nuestra economía un valor añadido de 220.000 millones de euros, lo que supone más del 20% del PIB, dando empleo a su vez a 5.700.000 personas, representando prácticamente el 30% del total del empleo nacional.
Se trata, por tanto, de sectores altamente estratégicos para nuestro país. Como ya se ha demostrado en otras ocasiones, un incremento de la presión fiscal en los bienes de consumo es muy negativo en el nivel de renta y poder adquisitivo del ciudadano, así como en el sector turístico.
Como alternativa, estos actores de la industria agroalimentaria proponen acciones encaminadas a una lucha más decidida contra el fraude fiscal y la economía sumergida, así como el control del gasto público.