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Tango Fruit, la marca de Eurosemillas que ampara buena parte de la producción de la mandarina Tango, trabaja en un plan a tres años para consolidar su oferta como producto "convenience". Así lo expusieron sus responsables durante la reciente cita ferial de Fruit Attraction, a algunos de los jefes de compra que planifican las campañas de suministro hortofrutícola de grandes cadenas de supermercados. "Disponemos de un producto premium, con atributos conocidos por los exportadores y por la gran distribución, de una variedad protegida que se ha popularizado entre los agricultores. Ahora nuestro reto es hacer marca y consolidar nuestras mandarinas seedless y beefriendly en un producto diferenciado, adaptado a los nuevos hábitos de consumo", explicó el director de Tango Fruit, Juan José De Dios Contzen.
Tras los contactos feriales y de cara ya a la próxima campaña de mandarinas tardías, Tango Fruit tiene previsto cerrar los primeros acuerdos continentales con algunos exportadores y cadenas de distribución. En esta primera etapa y dado lo incipiente aún de la producción de esta mandarina, la marca de Eurosemillas quiere ser especialmente selectiva. "Para seguir añadiendo valor es necesario una buena coordinación y entendimiento entre marca, operador y punto de venta. Todos ganaremos en este proyecto porque aumentaremos la rotación del producto. Después, una vez el consumidor responda al estímulo y dispongamos de mayores tonelajes, todo vendrá más rodado", confirma De Dios Contzen.
La venta por piezas, como un snack o incluso en algunos casos con formatos adaptados al vending, forman parte de la nueva estrategia bajo el eslogan "Let's play"
Con estos parámetros Tango Fruit ha desarrollado un plan a tres años para hacer crecer la marca al mismo ritmo que lo hace la producción licenciada española y la procedente del hemisferio sur. Conseguir tal cosa pasa también por adecuar su presentación, su packaging y su imagen de marca a los nuevos hábitos de consumo, las formas que ya se han consolidado en EEUU y que se abren paso en los mercados europeos.
Los nuevos packaging juegan con un factor de espontaneidad y confianza, tan necesario para huir del concepto commodity en el que se suelen encasillar los cítricos. Cajitas de cartón decoradas con mandarinas transformadas en calabazas, con adhesivos para disfrazar las frutas en las semanas previas a Halloween; o un "pack dúo" con dos mandarinas adaptado para un consumo rápido en el almuerzo o incluso ajustable para el "vending" automático, para poder ofrecerse tan pronto a las puertas de un gimnasio como en la zona próxima a la caja del hipermercado, son algunos de los nuevos formatos en los que se presenta la marca.