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El concepto de industria 4.0 se basa en la captura y uso de información de manera automática e inteligente, gracias a las nuevas tecnologías digitales. Esta trasformación conlleva disponer de información de manera rápida y la capacidad de analizarla permitiendo anticiparse a imprevistos y así, ayudar a mejorar la gestión del negocio.
Esta cuarta revolución no se define por un conjunto de tecnologías emergentes en sí mismas, sino por la transición hacia nuevos sistemas de trabajo que están construidos sobre la infraestructura de la revolución digital. La industria 4.0 es un nuevo modelo organizativo y un cambio disruptivo originado tras el avance incontenible de internet.
“El desarrollo de nuevas tecnologías digitales, internet y las nuevas conectividades permite hacer frente a las diferentes debilidades a las que, históricamente, se ha enfrentado la cadena de valor agroalimentaria”
El desarrollo de nuevas tecnologías digitales, internet y las nuevas conectividades permite hacer frente a las diferentes debilidades a las que, históricamente, se ha enfrentado la cadena de valor agroalimentaria: la gran heterogeneidad (en formato y calidad) de la materia prima, la caducidad de los productos, las islas de información entre agentes de la cadena, el bajo margen de beneficio, la falta de trazabilidad y comunicación en tiempo real, etc. Todo esto, en el caso de la industria alimentaria, abre un mundo de oportunidades para mejorar en términos de eficiencia, seguridad, calidad, trazabilidad y sostenibilidad.
¿Cuáles son los factores determinantes de esta transformación? En primer lugar, la digitalización, es decir, pasar de datos físicos a registros digitales, con su consiguiente capacidad de explotación. En el caso de parámetros de control de procesos, permite compartir de forma digital datos cada vez más automatizados pero que antes quedaban aislados (bien por estar de forma analógica en las maquinas o por no tener salida a un servidor o similar). En cuanto a los parámetros de calidad de alimentos como madurez, frescura, perfil nutricional, humedad, acidez, grados Brix, etc., el desarrollo de la tecnología da pie a disponer de datos objetivos que antes eran obtenidos por medios destructivos (en laboratorio) o de manera subjetiva, definidos por personal de planta, y que, además, eran tradicionalmente almacenados en papel o en archivos de Excel en ordenadores.
La conectividad, por otro lado, es la conexión de los diferentes entornos digitales, imprescindible para intercambiar los datos recogidos y analizarlos para conseguir la información objetivo. La conectividad también permite que la información esté a disposición de los agentes de interés para, así, mejorar la eficiencia de la cadena.
“Ante una creciente exigencia de transparencia e información, la digitalización es una gran herramienta para cumplir sus expectativas”
Otro factor fundamental es la Inteligencia artificial, mediante la cual vamos a poder analizar los datos y convertirlos en información valiosa, como puede ser el desarrollo de modelos de predicción de parámetros de proceso, muy útil, entre otras cosas, a la hora de ajustar producciones.
Para que la trasformación digital sea exitosa es necesario entender que es un proceso progresivo que debe involucrar diferentes ámbitos de la empresa; traccionada por la Dirección, pero involucrando a las personas, a los diferentes procesos/departamentos de la empresa e incluso a los consumidores y clientes.
El primer paso debería consistir en un diagnostico de la madurez digital de la empresa, viendo las necesidades e intereses más de corto, medio y a largo plazo. Es decir, definir una hoja de ruta detallando las prioridades y estrategia de la empresa en cuanto a la implementación de la digitalización. En esta hoja de ruta se deberían tener en cuenta tanto la producción de la empresa, la comunicación entre los diferentes estamentos de la empresa, la conectividad con los proveedores y otros agentes de la cadena recursos humanos y el consumidor.
En concreto la integración de este último es un aspecto cada vez más importante. Ante una creciente exigencia de transparencia e información, la digitalización es una gran herramienta para cumplir sus expectativas. Y aún hay más: se pueden incorporar datos relacionados con las necesidades y preferencias de los clientes durante el desarrollo, fabricación y distribución de los productos, mejorando las oportunidades de negocio.
“Las empresas que no tengan asumida esta necesidad corren riesgo de quedarse atrás y desaparecer”
En definitiva, al hablar de la cadena alimentaria 4.0 hablamos de una cadena interconectada, en la que se recopila una gran cantidad de datos, se guardan y se analizan, facilitando una toma de decisiones más ágil, inteligente, competitiva y enfocada a la satisfacción del consumidor. Es decir, una cadena que pasa de ser lineal y tener relación únicamente un eslabón con el anterior o su consecutivo, a ser otra donde todos pasan a estar relacionados e interconectados, permitiendo el intercambio de información para una mejor trazabilidad, seguridad, eficiencia y sostenibilidad de los productos alimentarios.
Como se ha visto, las ventajas que ofrece la industria alimentaria son muchas, pero, pese a ello, su implementación es muy heterogénea. Tradicionalmente, la industria de alimentación y bebidas ha ido un poco por detrás de otros sectores industriales, como el farmacéutico o el de manufactura en cuanto a implantación de nuevos paradigmas de trabajo 4.0. Esto se debe, principalmente, a que el sector está formado, en gran parte, por pequeñas y medianas empresas, muy atomizadas y con un margen de beneficios pequeño, que asocian la implementación de herramientas 4.0 con grandes inversiones que fuera de su alcance.
Es importante entender que no es una cuestión de conseguir una alta digitalización cuanto antes en todas las áreas; será la realidad de cada organización la que determine aquellas que habrá que priorizar. En cualquier caso, conviene lanzarse a realizar proyectos en esta dirección, ya que las empresas que no tengan asumida esta necesidad corren riesgo de quedarse atrás y desaparecer.