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El IPC ha registrado un aumento de récord, provocando la mayor inflación de la década. Según el análisis de Pablo Contreras, profesor de EAE Business School, este incremento lo están notando los hogares españoles. Los precios han aumentado un 6% en general desde el inicio de la pandemia de la Covid-19, impactando en la cesta de la compra, el acceso al ocio o a servicios básicos como el suministro eléctrico o de agua.
Según los datos del INE y el análisis de Contreras, el año 2020 fue un año deflacionario, con caídas generalizadas en los precios salvo pequeños repuntes, principalmente ,en alimentación. Es de destacar que en 2020 el PIB registró una caída del 10,8%, mientras que en 2021 ha habido un crecimiento del 3,4% (tercer trimestre del 2021, último dato disponible). El aumento global de los precios desde el inicio de la pandemia es del 6%.
Pablo Contreras: "Este aumento de precios penalizará especialmente a aquellos ciudadanos que no puedan elevar sus ingresos a un nivel al menos similar al de la inflación, provocando una pérdida del nivel adquisitivo si la situación se prolonga"
El aumento de precios en 2021 es generalizado, aunque los hogares lo notan más por el incremento en los alimentos (4,8% frente al 1,1% en 2020) y las bebidas no alcohólicas (7,2% frente al 1,3% en 2020). La mayor escalada se registra en las partidas de electricidad y energía en general, con un crecimiento del 56,1% frente al 2020. El sector hotelero ha notado la recuperación de su actividad con aumentos de precios del 17,9% el ejercicio pasado frente a una caída del 10,7% en 2020.
Con ello, si se extrae una media de productos y servicios básicos de los hogares españoles (electricidad, alquiler, alimentos, bebidas no alcohólicas, cuidado personal y suministro de agua), el precio es un 11,2% más caro tras el inicio de la pandemia de la Covid-19.
Cabe destacar que la subida experimentada en los bienes de primera necesidad, como son los alimentos y la energía, tiene un impacto directo en los presupuestos familiares. Tal como apunta Pablo Contreras, "son bienes cuyo consumo no es susceptible de reducción dado que están en la base de la cesta de la compra y que son básicos para vivir. Esto supone un porcentaje muy relevante del gasto total y que deja poco margen de ahorro en las familias de bajos ingresos, que no pueden consumir otros bienes".
Contreras apunta también que "este aumento de precios penalizará especialmente a aquellos ciudadanos que no puedan elevar sus ingresos a un nivel al menos similar al de la inflación, provocando una pérdida del nivel adquisitivo si la situación se prolonga".
Si los ciudadanos quieren además disfrutar de ocio y recreo, también van a notar la escalada en este ámbito. La restauración ha visto un aumento del 2,2% en sus precios respecto a 2020, pero la mayor escalada la encontramos en los servicios de alojamiento, con 5,28 puntos más que al inicio de la pandemia. En cambio, si se opta por viajar con un paquete turístico, aquí se ha visto un descenso de 1,95 puntos desde el inicio de la pandemia.