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La ultracongelación es el sistema de conservación de alimentos más segura y saludable, y una de las mejores formas de conservación del pescado. Así lo refleja el último estudio de La Sirena elaborado por NielsenIQ, que revela que un 80% de los españoles ha comprado pescado congelado durante los últimos seis meses.
A causa de la coyuntura actual del mercado (y en especial a casusa del incremento generalizado de precios), el 11% afirma consumir menos pescado que hace seis meses. En este contexto, 6 de cada 10 afirma que compra más pescado en oferta, mientras que el 45% gasta el mismo importe comprando menos cantidad
El análisis realizado por la cadena de alimentación también revela que 3 de cada 4 encuestados consumen pescado (ya sea fresco o congelado) al menos dos días en semana, con una frecuencia de compra semanal para el 57% de los encuestados.
A causa de la coyuntura actual del mercado (y en especial a casusa del incremento generalizado de precios), el 11% afirma consumir menos pescado que hace seis meses. En este contexto, 6 de cada 10 afirma que compra más pescado en oferta, mientras que el 45% gasta el mismo importe comprando menos cantidad.
Una larga vida útil, la pieza limpia lista para consumir y la posibilidad de tener alimentos siempre disponibles en los hogares, son las principales ventajas percibidas por los consumidores para elegir pescado congelado frente al producto en fresco. También cobra especial relevancia la seguridad, donde el pescado congelado se percibe como un producto más seguro en cuanto a la minimización de presencia de microorganismos, en especial la desactivación de parásitos como el anisakis.
Por otro lado, 7 de cada 10 consumidores habituales de pescado fresco, afirma congelar su compra al llegar a casa. Esta práctica contradice las recomendaciones de los expertos, que abogan por la ultracongelación en origen como el mejor método para mantener las propiedades del pescado recién extraído. Por lo que, la congelación “casera” muchas veces ocurre varios días después de la captura del pescado o incluso tras haber sufrido alguna congelación y descongelación previa a su venta, hecho que los establecimientos están obligados a comunicar, informando si el producto ha sufrido dicha congelación antes de exponerlo en su sección de fresco.