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Las asociaciones que representan a la distribución alimentaria en España consideran "inviable y contraproducente" la propuesta de elaborar una cesta de la compra básica a precios cerrados por los distintos motivos, respondiendo así a la propuesta lanzada hace unos días por la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz.
Aces (Asociación Española de Cadenas de Supermercados), Anged (Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución) y Asedas (Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados) han expresado hoy en la reunión mantenida con Yolanda Díaz que comparten con el Gobierno la preocupación por la situación de los precios de los alimentos y han solicitado su apoyo a las medidas que vienen proponiendo ahora las administraciones en los últimos meses.
Las patronales de la distribución alimentaria consideran el acuerdo inviable y contraproducente porque parte de un diagnóstico erróneo de la formación de precios en la cadena, porque sería ineficaz y porque la experiencia en otros países ha resultado fallida
Las organizaciones empresariales han recordado que la propia dinámica competitiva del sector ha respondido a los problemas que la inflación genera en los consumidores. Y que, de hecho, todas las cadenas de distribución llevan meses trabajando para ofrecer una cesta de la compra más económica, a través de productos de marca propia, más promociones y descuentos.
Las asociaciones han expresado mediante un comunicado conjunto que frente a escaladas de precios de hasta 3 dígitos en la energía y las materias primas básicas, la cadena agroalimentaria está contribuyendo a amortiguar la inflación. De acuerdo con los últimos datos, entre julio de 2021 y julio de 2022 el IPC de la Alimentación y Bebidas ha crecido a una tasa anual media del 6,7%, frente a una tasa anual media en el índice de precios industriales (IPRI) de Alimentación de 12,8%. En el mismo periodo, el IPC general también ha registrado una variación media del 7,5%.
Las organizaciones han pedido ayuda a la Vicepresidenta Segunda para llevar a cabo el proyecto con varias medidas para luchar contra el alza del IPC y reducir los costes empresariales que soporta la cadena alimentaria
Los motivos que aducen los representantes de la distribución para rechazar la propuesta de elaborar una cesta de la compra básica a precios cerrados son varios. En primer lugar por el diagnóstico erróneo de la formación de precios en la cadena (IPOD) que compara solo la diferencia entre precios de origen y destino, "al estar basado en datos de una organización agraria que carecen de base científica ya que, al expresar las diferencias de precios en porcentajes, distorsiona la percepción del consumidor e ignora el valor que aportan otros eslabones de la cadena", según han expresado. Las patronales distribuidoras destacan que hay otros estudios fiables, como los que elabora el Ministerio de Agricultura, que "no coinciden en absoluto con dicho análisis". La distribución alimentaria organizada tiene unos márgenes porcentuales muy reducidos como se puede comprobar en los datos públicos de las empresas.
En segundo lugar, por la ineficacia del acuerdo propuesto, ya que la estructura de la distribución alimentaria en España -definida por su escasa concentración– hace que el pacto requiera del acuerdo con cientos de empresas. Las asociaciones recuerdan que el comercio tradicional tiene una cuota de mercado muy importante especialmente en productos frescos. Además, presentaría graves riesgos para la competencia, perjudicando a unos comerciantes frente a otros y a los consumidores que viven en poblaciones pequeñas. "En cualquier caso, habría que evaluar su compatibilidad con la normativa de defensa de la competencia", señalan los representantes de las empresas de la distribución.
Las tres asociaciones recuerdan también las experiencias fallidas en otros países realizadas en este sentido. "Los acuerdos firmados por el ex presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, en 2004 y 2010 tuvieron como resultado, por una parte, una drástica pérdida de confianza en el comportamiento del consumidor con un descenso en el consumo y, por otra, una bajada muy importante de la calidad de los productos en las gamas afectadas", indican Aces, Asedas y Anged, en un comunicado conjunto.
Las organizaciones empresariales destacan que los precios de la alimentación en España en los últimos 20 años "se han mantenido extraordinariamente estables, con subidas que han coincidido con otra crisis de materias primas en 2007 y con la subida del IVA en 2012". Y que, en la actualidad, "las causas del alza del IPC en alimentación son objetivas: alza del coste de la energía, de los carburantes y de las materias primas -agravado por la guerra de Ucrania-".
En este sentido, las tres patronales proponen varias acciones que ayudarían a la contención del IPC alimentario, "más necesarias que nunca", según destacan. Así reclaman una bajada temporal del IVA de los alimentos, señalando que esta experiencia ya se hizo Alemania en 2020 por un periodo de seis meses con resultados positivos; así como la suspensión temporal de impuestos medioambientales que penalizan el consumo y reducción del coste regulatorio.
Entre dichas medidas, las asociaciones destacan la reducción del IVA en alimentos, una moratoria a impuestos medioambientales, el descenso del coste regulatorio y, sobre todo, la reducción del coste de la energía, que puede hacer entrar en pérdidas a empresas de la distribución
Las asociaciones reclaman también un precio de la energía sostenible para toda la cadena, y especialmente para la distribución alimentaria. "El alza del coste de la energía hace que empresas de la distribución corran el riesgo de entrar en pérdidas este año y, por ello", según indican; y por ello solicitan un Estatuto de Sector Esencial para el gran consumidor de energía, "que apoye a estas empresas como se está haciendo en otros sectores".
Por último, Aces, Anged y Asedas señalan que la distribución alimentaria española, así como el resto de la cadena, "ha demostrado en las dos últimas décadas y, más recientemente, con la crisis sanitaria su eficiencia para servir al consumidor alimentos de calidad, variados, seguros y a precios competitivos y su compromiso con los consumidores". Por lo tanto, inciden en que "no es momento de dividir a la cadena, sino de trabajar unidos para hacer frente a la actual crisis multifactorial y seguir facilitando a todos los ciudadanos por igual el acceso a la alimentación".