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El coste de los alimentos, vivienda y combustible, ha alcanzado niveles récord, lo que supone una presión cada vez mayor para consumidores y minoristas. El imparable crecimiento de la inflación coincide con el hecho de que el hurto se ha disparado en lo que llevamos de 2022, lo que ha empujado, según la compañía Checkpoint Systems a un incremento de la demanda de sistemas para la protección de tiendas y grandes superficies. Según los datos aportados por el último Balance de la Criminalidad del Ministerio de Interior, durante el primer semestre de 2022, se produjeron 306.269 hurtos, lo que supone un 44,6% más de hurtos frente al mismo periodo del año pasado, cuando se contabilizaron 211.787. Esto supone un notable incremento que sitúa al hurto como el delito más recurrente en el territorio nacional, con una notable diferencia frente al segundo de la lista, el robo en domicilios.
Sin embargo, los analistas del sector minorista también han advertido que los niveles de hurto organizado han aumentado a nivel europeo. Hurtar para revender. Estas tendencias ya golpearon a la industria en épocas anteriores de austeridad y recesión económica, lo que supone una lectura sombría para los minoristas. Como detallan desde Checkpoint Systems, esta situación ha empujado a los retailers a reforzar la seguridad para limitar los daños causados por las pérdidas en el comercio a través de un análisis exhaustivo de la protección de los productos de mayor hurto, así como en la formación de los dependientes con el fin de aumentar la calidad de la misma.
A esto hay que sumarle una nueva tendencia dentro del hurto ya que, mientras que los ladrones organizados o experimentados tienden a centrarse en los productos de alto valor que pueden vender -como el alcohol, las maquinillas de afeitar o los productos electrónicos-, los minoristas han observado un notable aumento de los nuevos ladrones que roban artículos cotidianos de bajo valor.
Esta tendencia está llevando a los comercios a instalar dispositivos antihurto en productos básicos, pero con un alto índice de hurto. Hoy más que nunca, el etiquetado en origen -colocar la etiqueta del producto de forma automática en el punto de fabricación- es clave. A partir de esta solución se logra una protección 100% de las referencias, los productos llegan listos para su venta, la etiqueta no interfiere en la imagen de marca y, además, los empleados tienen más tiempo para dedicarse a vender.
Para hacer frente a esta coyuntura, la tecnología se ha aliado con los minoristas para proteger sus productos. Según revela la firma de soluciones antihurto y RFID, Checkpoint Systems, cada vez son más los minoristas que optan por incluir soluciones como antenas de seguridad, que alertan a los empleados de posibles hurtos, dentro del diseño de las tiendas para integrarlas en la experiencia de compra de los clientes al mismo tiempo que se protegen contra los delincuentes.
“A pesar de que la tecnología cada vez es más sofisticada y permite establecer mejores medidas de seguridad en las tiendas, los delincuentes siempre están buscando formas de adaptarse para burlarlas. Esto pone en relieve la capital importancia de implementar soluciones de disuasión y protección para los productos y los beneficios”, explica Emanuele Soncin, Unit Business Director de Checkpoint Sytems en España.
Las antenas de radiofrecuencia más recientes vienen ahora con mayores alcances de detección, algunos de ellos de hasta 2,70 metros. Esto significa que los pasillos y entradas más amplios que históricamente eran difíciles de proteger ahora se pueden asegurar.