Revista
"Nuestro principal objetivo es producir carne de la manera más sostenible posible", afirma Antonio Sánchez Menárguez, director general de La Abadía Ibéricos. La familia Sánchez Menárguez se dedica al sector porcino desde hace más de 100 años. La Abadía Ibéricos, ubicada en Guijuelo (Salamanca), apuesta por “el respeto al origen, la cría en libertad de los animales y la trazabilidad de cada pieza”, indican.
De su gama de productos, destacan el Jamón de Bellota 100% Ibérico La Abadía, el Jamón de Cebo de Campo 50% Raza Ibérica La Abadía y el Jamón de Cebo Ibérico 50% Raza Ibérica La Abadía. Todos son curados en sus secaderos naturales, ubicados en Guijuelo. “El nivel de ácido oleico en las tres modalidades de jamón que producimos está por encima de la media. Por ese alto porcentaje de oleico, el periodo de curación es de 30 a 36 meses en el caso del Jamón de Cebo y el Jamón de Cebo de Campo y de unos 48 a 60 meses en el caso del Jamón de Bellota. También es importante destacar que nuestro secadero es tradicional y esto hace que el proceso de curación sea totalmente natural y artesanal”, señala Sánchez Menárguez.
Además, La Abadía Ibéricos tiene implementado un sistema de economía circular. Su producción de ibéricos se inicia en la granja de reproductoras 100% ibéricas puras inscritas en el Libro Genealógico de Aeceriber, que garantiza la conservación y mejora genética de la especie.
Una granja de alta bioseguridad y estatus sanitario ubicada en Andalucía, enclavada en medio de un olivar ecológico que es fertilizado con la reutilización del 100% de los subproductos orgánicos -estiércoles y purines- producidos en la granja. La fertirrigación se consigue a través de una tecnología, que permite cumplir con los objetivos de economía circular y reducción de huella ambiental (carbono, nitrógeno, fosforo) e hídrica. Obtienen un aceite ecológico (actualmente en transición, certificado a partir de 2023), que es comercializado bajo su marca La Abadía Ibéricos.
Desde 2021, la energía que utilizan en el 100% de todos sus sitios de producción es de origen 100% renovable certificada por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) en España. En su fábrica de alimentación animal tienen una planta de energía fotovoltaica que produce el 45% de la energía consumida; de este modo reducen la dependencia energética con renovables.
Los cerdos de bellota se crían a lo largo de una amplia zona del sur de la península Ibérica, la Serranía de Cádiz,sobre una altitud superior a los 300 metros. En este entorno, rodeado de encinas centenarias (Quercus), cada animal disfruta de 2 hectáreas de dehesa. Esta ubicación tiene un microclima especial por su distancia con el mar y la rica biodiversidad de los parajes de la zona, aporta riqueza de matices en cada pieza y la bellota propia de las encinas e la zona les da un dulzor característico. Después de vivir en este paraíso, ubicado en el sur de España, las piezas se curan lentamente durante meses, envejeciendo en sus secaderos y bodegas naturales de Guijuelo. Durante este tiempo, las piezas se someten a estrictos controles de calidad supervisados por los maestros jamoneros que lo avalan.
Para cerrar el círculo de la sostenibilidad La Abadía Ibéricos apuesta por un packaging responsable ya que cuenta con la Certificación de Distribución de Papel y Cartón PEFC y de Cadena de Custodia FSC. De esta manera, la compañía pretende combatir la tala ilegal de árboles y fomentar a contribuir al mantenimiento de los ecosistemas y la diversidad biológica. Con iniciativas como estas, la marca de Guijuelo impulsa y apoya la transición hacía la neutralidad climática y un mundo más cuidado con un modelo de producción responsable con el entorno.
En su modelo de negocio han implantado la estrategia De la Granja a la Mesa de la UE (EU Farm to Fork Strategy) que está en el corazón del Pacto Verde Europeo, cuya finalidad es conseguir que los sistemas alimentarios sean justos, saludables y respetuosos con el medio ambiente.