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Las compañías del sector del Gran Consumo están afrontando una fuerte subida de costes motivada, entre otras cosas, por la inflación alimentaria (+16,6% en febrero) y la sequía, que afectan notablemente a sus márgenes y rentabilidad. Según datos de Aecoc, los resultados económicos de las principales cadenas de distribución en España demuestran que su margen de beneficio lleva dos años reduciéndose y nunca ha sido superior al 5%. En muchos casos, se sitúa por encima del 2%. Por ello, estas cadenas y los fabricantes cada vez buscan nuevas formas de optimizar costes en sus diferentes áreas de negocio.
Se desperdicia alrededor del 4% del total de alimentos y bebidas comprados dentro y fuera de los hogares, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. De acuerdo a las estimaciones de Phenix, compañía especializada en combatir las las pérdidas y el desperdicio alimentario, las empresas de Gran Consumo pierden hasta dos puntos de su rentabilidad por este problema cada año.
Jean-Baptiste Boubault: "La clave para aplicar eficazmente la Ley es contar con un socio adecuado que ayude a las empresas a ahorrar en sus costes de gestión de residuos con un sistema de gestión integral del desperdicio"
En este contexto y con la próxima aprobación de Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario, las empresas del sector tienen una oportunidad de ahorrarse hasta un 2% en sus costes totales si cuentan con la tecnología y los recursos humanos necesaria para llevarlo a cabo en toda la cadena de suministro. De hecho y según datos de Phenix, las empresas del sector podrían valorizar hasta el 100% de su excedente actual y entregarlo a quienes más lo necesitan.
Para Phenix, la futura entrada en vigor de esta ley en España será un gran paso para ayudar en esta optimización de costes y para luchar contra el desperdicio alimentario, pero queda camino por recorrer, sobre todo en la mejora real en su aplicación y en dos aspectos concretos. En primer lugar, la compañía cree que el texto incide mucho en la prevención de las pérdidas y del desperdicio alimentario, pero no acota marcos claros sobre qué deben hacer las empresas cuando, pese a todo, tengan ese excedente. En segundo lugar, Phenix opina que se podría incentivar aún más la bonificación fiscal de la donación, como sucede en Francia. Ésta puede llegar hasta el 60% de deducción fiscal y además se pueden desgravar los costes asociados a la gestión del excedente (transporte, acuerdos con terceros, etc.).
Jean-Baptiste Boubault, Country Manager de Phenix en España, ha afirmado: “La clave para aplicar eficazmente la Ley es contar con un socio adecuado que ayude a las empresas a ahorrar en sus costes de gestión de residuos con un sistema de gestión integral del desperdicio. Nosotros llevamos casi 10 años ayudando tanto a distribuidores como fabricantes a su gestión íntegra de las donaciones de alimentos. Medimos sus procesos, conseguimos prevenir excedentes y, si los hay, sacamos partido en el punto de venta o donándolos a los que más lo necesitan”.
“Muchos fabricantes no donan por miedo a que su reputación quede dañada a causa de un producto en mal estado. Si trabajan con un socio como Phenix, saben que tienen el control y la seguridad en todo el proceso”, ha indicado Noelia Gómez, Marketing & Communication Manager de Phenix en España.