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En un año, Congalsa ha evitado la emisión de 4.232 toneladas de CO2 a la atmósfera de la mano de Endesa, el equivalente a la capacidad de absorción de más de 7.135 árboles durante 40 años. Este hito se ha conseguido gracias a un contrato de compraventa de electricidad a largo plazo, PPA (Power Purchase Agreement), que se alcanzó el año pasado y que contempla el consumo de energía 100% renovable durante un período de 10 años.
El acuerdo, que supone un nuevo paso en la apuesta de ambas compañías por la sostenibilidad y en el empeño de Congalsa por reducir el impacto ambiental de sus operaciones, comprende el suministro de 15,5 GWh anuales de energía verde a la empresa gallega especializada en la elaboración de productos precocinados. El 50% de la energía que Endesa suministra procede de kilómetro 0, pues se produce en los parques eólicos que la filial de renovables de energética, Enel Green Power España (EGPE), tiene en Lugo, de forma que se refuerza el compromiso de ambas compañías con el impulso industrial y sostenible en Galicia. La otra mitad es energía renovable certificada con Garantías de Origen (GdOs) por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
En el periodo de vigencia del contrato (el cálculo se ha hecho con 10,5 años) las emisiones evitadas sumarán 44.431 tCO2e, lo que equivale a la absorción de casi 75.000 árboles durante 40 años.
“El acuerdo con Endesa evidencia muy bien la apuesta de nuestra compañía por la sostenibilidad, una premisa que entendemos debe cumplirse desde una triple vertiente: social, económica y ambiental. Precisamente, en este último punto es en el que se encuadra este acuerdo, gracias al cual estamos en disposición de afirmar que nuestra empresa consume energía verde en un 100%”, señala David Comesaña, director de compras de Congalsa.
Por su parte, Endesa sitúa la sostenibilidad en el centro de su estrategia de negocio, alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y comprometida con la descarbonización de la economía. Dentro de esta apuesta, los acuerdos a largo plazo ligados a energía renovable ayudan a la descarbonización del sector industrial y, al mismo tiempo, son un instrumento muy útil para las empresas al permitir gestionar mejor sus costes energéticos, garantizando precios más estables.