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La empresa italiana Areté apuesta por España para abrir su primera filial en el extranjero. Con un crecimiento sostenido de más del 20% anual durante los últimos cuatro años, Areté se ha posicionado como un destacado en previsión y análisis de datos en el sector agroalimentario. Su crecimiento viene respaldado por una cartera de cientos de empresas del sector, a quienes ha proporcionado soluciones innovadoras para gestionar los vaivenes y los riesgos asociados a los precios de las materias primas.
Desde productos básicos como cereales, azúcar, cacao, café, leche y sus derivados, hasta aceites vegetales, frutos secos y legumbres, Areté ofrece previsiones y análisis para casi 50 materias primas. En los últimos años, la empresa ha expandido su alcance a sectores clave como la energía y los materiales de embalaje. Además, Areté realiza encuestas en tiempo real sobre cientos de referencias adicionales a lo largo de la cadena de suministro.
Entre sus principales clientes se encuentran marcas de renombre mundial como Barilla, Lavazza, Nestlé, Morato, Lindt, Cerealto, Puratos, BASF y Eurovo. También destacan importantes nombres del comercio minorista, incluyendo Coop, Selex, Eurospin, entre otros, que confían en Areté para optimizar su gestión de riesgos y asegurar la estabilidad en un mercado en constante evolución.
En el conjunto de Europa, España representa la cuarta potencia agroalimentaria, con una facturación cercana a los 140.000 millones de euros, que supone el 3% del PIB, y exportaciones en constante crecimiento que alcanzan los 70.000 millones de euros
La difusión de las herramientas de previsión de Areté cobran especial relevancia en un contexto de mercados agrícolas y alimentarios cada vez más complejos y con constantes fluctuaciones. En los últimos años, diversos factores han contribuido a esta inestabilidad, desde fenómenos meteorológicos extremos, como sequías y tormentas, que han afectado a prácticamente todas las zonas productivas del mundo, pasando por bloqueos logísticos, tensiones geopolíticas, revisiones en los costes energéticos y un renovado proteccionismo en importantes regiones agrícolas.
Este conjunto de factores ha provocado fluctuaciones de precios sin precedentes en muchos mercados. Un ejemplo notable es el aumento de más del 200% en los precios de varios aceites vegetales en los meses posteriores al estallido del conflicto entre Rusia y Ucrania. Asimismo, el cacao registró un incremento del 260% entre mediados de 2023 y 2024, mientras que el café experimentó una subida del 130% en el último año. Y estos no son casos aislados; hemos observado comportamientos similares en productos como cereales, azúcar y leche.
Entre sus principales clientes se encuentran marcas de renombre mundial como Barilla, Lavazza, Nestlé, Morato, Lindt, Cerealto, Puratos, BASF y Eurovo. También destacan importantes nombres del comercio minorista, incluyendo Coop, Selex, Eurospin, entre otros
Por otro lado, también se han producido colapsos repentinos, donde muchos operadores industriales, impulsados por el temor a nuevas subidas de precios, se abastecieron a precios muy elevados, solo para presenciar descensos de precios de dos dígitos poco después. Este panorama refuerza la importancia de contar con herramientas de previsión precisas y fiables para gestionar la volatilidad y mitigar los riesgos en estos mercados altamente dinámicos.
En el conjunto de Europa, España representa la cuarta potencia agroalimentaria, con una facturación cercana a los 140.000 millones de euros, que supone el 3% del PIB, y exportaciones en constante crecimiento que alcanzan los 70.000 millones de euros. Con más de 30.000 empresas en el sector, los productos mediterráneos como el trigo duro, el aceite de oliva, los tomates y las frutas y hortalizas son clave tanto en la producción como en las exportaciones.
Además, España importa materias primas esenciales como cacao, café y aceites vegetales, productos que en los últimos años han experimentado importantes fluctuaciones de precios, en algunos casos superando el 100%. Este entorno volátil subraya la importancia de herramientas de previsión para gestionar mejor los riesgos del mercado.