Revista
Casa Tarradellas inaugura un segundo molino propio. Esta nueva instalación ubicada en Vic (Barcelona), que ha contado con una inversión de 25 millones de euros, se suma al primer molino inaugurado en 2010. Entre ambos, Casa Tarradellas tiene ahora una capacidad de molienda de hasta 30 toneladas de trigo por hora. El nuevo molino realiza un proceso de cuidado único del trigo: desde la limpieza del trigo, hasta la recepción y ajuste de la mezcla de harina específica para cada producto y su posterior almacenamiento.
Este molino de última generación, con una superficie de 1.800 metros cuadrados, es capaz de optimizar los procesos de producción y sostenibilidad. Gracias a la innovación de Casa Tarradellas, como la instalación de placas solares, la compañía puede alcanzar un ahorro energético del 10% en el proceso de molido, y hasta del 15% en la fase de tamizado.
Miquelina Saborit: “En Casa Tarradellas apostamos por el cuidado de cada proceso del desarrollo de un producto, garantizando su calidad y su origen. Por eso prestamos especial atención, desde a la tierra donde se cultiva el trigo, pasando por el lugar donde se muele, hasta el envase que el consumidor tiene en sus manos”
Con la expansión del segundo molino, Casa Tarradellas también integra un nuevo centro de investigación dedicado al estudio y selección de las harinas, asegurando que cada ingrediente cumple con los más altos estándares de excelencia, respaldados por certificaciones internacionales como IFS, BRC, ISO 14001 o ISO 45001. Su proceso de producción permite una trazabilidad completa, que va desde el cultivo del trigo, donde empiezan las pizzas de Casa Tarradellas, hasta la elaboración del producto final.
Casa Tarradellas inauguró en 2010 su primer molino, con el que se procesan 18 toneladas por hora de trigo para sus productos. Esa innovación convirtió a la empresa en el único elaborador de pizza en Europa con molino propio. Además, dispone de un almacén de trigo de 3.000 metros cuadrados con capacidad para 30.000 toneladas de trigo, lo que permite gestionar eficientemente las materias primas, asegurando una mayor estabilidad en el suministro y que la harina esté disponible en todo momento.
Este proyecto responde al crecimiento que ha experimentado Casa Tarradellas en la producción de pizzas y masas frescas, respetando el entorno y el origen. “En Casa Tarradellas apostamos por el cuidado de cada proceso del desarrollo de un producto, garantizando su calidad y su origen. Por eso prestamos especial atención, desde a la tierra donde se cultiva el trigo, pasando por el lugar donde se muele, hasta el envase que el consumidor tiene en sus manos”, señala Miquelina Saborit, directora de Comunicación y portavoz de Casa Tarradellas.