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En España se producen anualmente más de 1.7 millones de toneladas de aves, a las que se unen las importaciones. En los meses de verano se consumen más de 120 millones de ejemplares, con el pollo asado o frito como protagonista, junto a los filetes de pavo a la plancha como plato al alza.
Avianza, Asociación Interprofesional Española de Carne Avícola, ha realizado un estudio online sobre el perfil de los consumidores españoles, donde se refleja que elegir un buen producto, cocinarlo, emplatarlo y consumirlo es una de las mayores delicias para cualquier persona, sin importar su edad, su género o su estado civil.
Las preferencias de los consumidores giran en torno a la carne de pollo y pavo por su versatilidad, precio y éxito en el menú de la semana. Valoran además la posibilidad de aprovechar todas las partes del producto y se muestran muy receptivas a los consejos de cocinado que encuentran en las redes sociales.
Sus gustos giran en torno al pollo a la barbacoa o asado, ensalada de pollo o pavo, pollo al curry, pollo frito, frito crujiente o campero, entre otros, con un fuerte vínculo además con las recetas de cocina casera, sobre todo si se combinan con ingredientes habituales en su cesta de la compra.
Se trata de un entorno donde la mujer es la principal compradora (72% frente al 28% hombres), y cuenta con el rango de edad más amplio, con un 67% entre los 35 y 54 años. También destaca el 28% de compradores entre 55-64 años, mayores que deben preparar la comida para grandes grupos.
Los españoles consumen una media anual e 14 kg de carne avícola
Destacan los lazos familiares intergeneracionales, la cooperación en la preparación de los platos y la programación de comidas, así como una gran afición a las recetas populares.
Su localización geográfica es más amplia que otros grupos, con presencia en grandes y pequeñas ciudades, localidades y municipios medios.
Dentro de las familias, Avianza también ha analizado el perfil de padres con hijos pequeños, con un rango mayoritario de edad entre los 27 y los 44 años, también con un predominio de la mujer (80% vs 20% hombres) como decisora de compra.
Buscan seguridad y equilibrio en la dieta, más allá del producto en sí. Equilibrio nutricional y también entre lo divertido o atractivo para los niños.
A este tipo de padres y madres les encanta el DIY (Do It Yourself), con un estilo propio, sin anacronismos e inclusivo. Este tipo de familias quieren experimentar cosas nuevas, crear platos nuevos con pollo o pavo, e invita a los pequeños a formar parte de la experiencia.
Denominados “gourmet” o “food lovers” por sus intereses, se definen como foodies. Les apasiona descubrir nuevas propuestas, sobre todo si llevan el sello healthy. Su plato ideal en los momentos románticos suele girar en torno a la carne de ave (pollo, pavo o especies autóctonas como la codorniz).
En este tipo de perfil de comprador la mujer muestra un rango de edad menor, a partir de los 25 años, mientras que sube a 35 años para ellos. Sin embargo, cada vez más encontramos parejas sin hijos en mayores edades, hasta los 55 años. Destaca el grupo de urbanitas residentes en grandes ciudades y con un poder adquisitivo medio/alto. Preocupados por la ecología y el cambio climático, innovador en su alimentación, y con interés por la procedencia del producto.
Es el perfil más “masculinizado” de los cuatro analizados, revela que el hombre asume un papel más protagonista en la decisión de compra de carne avícola. Se trata de un hombre aficionado al buen comer, conocedor del producto y cómodo en las cocinas.
Para este tipo de consumidores el tiempo de cocina es tiempo personal. Contemplan la cocina como cultura, incluso con como “arte en vivo”. Son consumidores de tradición y sus versiones modernizadas, pero sin alterar valores o principios. Por último, se consideran fanáticos seguidores de lo gourmet en redes sociales y sitios online especializados. Ganan terreno las recetas con especies de aves menos habituales, como capón, pularda, pavita, o codorniz.
El segmento del consumidor que vive solo opta por el servicio delivery a menudo y la carne avícola es una buena opción, pues resiste mejor los desplazamientos y el tiempo de llegada a su hogar.
El target va desde solteros, estudiantes o personas que teletrabajan en su hogar. La distribución por sexos es paritaria (50%), con mujeres entre los 25 y los 40 años, por hombres entre los 30 y los 45, lo que refleja también una salida de casa más tardía para este segundo segmento.
El consumidor “millennial de pollo” es adicto al servicio delivery. Les dan mucha importancia a estar cerca de la realidad, y dedican tiempo a la gestión del hogar, la nutrición o el bienestar personal. Son pragmáticos, pura practicidad.
Su visita al supermercado se orienta a comprar algún corte (bandeja de carne) y los ingredientes adecuados, porque también se sienten preparados para cocinar y sacar incluso una mejor versión. No tienen limitación de presupuesto, pero quieren comprobar cuál es la mejor opción vs delivery.