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El Parlamento Europeo ha rechazado la "prohibición de las hamburguesas vegetales", que habría restringido el uso de nombres tradicionalmente asociados con productos cárnicos, como "hamburguesa" y "salchicha", en las alternativas vegetales.
Sin embargo, el Parlamento Europeo ha decidido prohibir el uso de términos descriptivos como "estilo yogur" y "alternativa al queso" en las alternativas vegetales a los lácteos. Denominaciones como "leche de soja" o "queso vegano" ya están prohibidas en la UE, pero la votación de ahora va más allá. En su interpretación más extrema, la enmienda aprobada podría incluso prohibir el uso de datos para mostrar el impacto medioambiental de un producto. Por ejemplo, podría impedir incluir afirmaciones como "emite la mitad de las emisiones de carbono de la mantequilla", ya que podría decirse que "daña la reputación" de un producto lácteo. La propuesta tenía supuestamente por objeto evitar la confusión del consumidor. Sin embargo, el 97% de las personas sabe que la leche de soja es de origen vegetal, según el estudio Nomenclatura de los alimentos de origen vegetal, realizado por ProVeg, Upfield, Heura y Oatly, con una muestra de 3.000 personas.
Cristina Rodrigo: “Nos resulta inconcebible cómo el Parlamento Europeo ha podido adoptar una posición tan positiva en una esfera y una posición tan negativa en la otra. Es también un golpe importante para el sector de las alternativas vegetales a los lácteos, uno de los sectores más innovadores y sostenibles de la industria alimentaria europea"
“Acogemos con satisfacción el voto del Parlamento Europeo en contra de la introducción de restricciones a la denominación de alternativas vegetales a la carne, donde el sentido común ha prevalecido realmente” explica Cristina Rodrigo, directora de ProVeg España.
Respecto a la aprobación de la enmienda 171, en relación a las alternativas vegetales a los lácteos, Rodrigo lamenta “profundamente” que se haya votado a favor de unas limitaciones “tan perjudiciales y de tanto impacto para las alternativas vegetales a los productos lácteos”, según señala. “Nos resulta inconcebible cómo el Parlamento Europeo ha podido adoptar una posición tan positiva en una esfera y una posición tan negativa en la otra. Es también un golpe importante para el sector de las alternativas vegetales a los lácteos, uno de los sectores más innovadores y sostenibles de la industria alimentaria europea. Las empresas podrían verse ahora abrumadas por importantes cargas financieras y dificultades prácticas en lo que respecta al cambio de nombre, la renovación de la marca y la comercialización de los productos, así como por los potenciales costes jurídicos, que podrían ser elevados”, añade.
Las dos votaciones de están sujetas a la aprobación final como parte de una votación más amplia sobre la reforma de la PAC que tendrá lugar más adelante. La Comisión Europea y el Consejo Europeo también deben decidir sobre el asunto. También hay una posibilidad muy pequeña de que la reforma de la PAC, cuyo paquete de prohibición es sólo una pequeña parte, caiga en su conjunto, en cuyo caso todo, incluida esta prohibición, vuelve a la mesa de juego.