Revista
La industria de alimentación y bebidas registró datos positivos en producción, empleo y exportaciones en 2019, pero este año va a sufrir el impacto de la crisis económica global generada por la Covid-19. Así se ha puesto de manifiesto en la presentación del Informe Económico Anual de la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (Fiab) correspondiente al ejercicio 2019 que hoy ha tenido lugar en el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y en el que también se han ofrecido las primeras estimaciones del impacto que la pandemia ha provocado en esta industria.
En la presentación, que se ha podido seguir de manera virtual, han participado por parte del Mapa el secretario general de Agricultura y Alimentación, Fernando Miranda y el director el director general de la Industria Alimentaria, José Miguel Herrero; junto al director general de Fiab, Mauricio García de Quevedo, y la directora de Finanzas, Estudios Económicos y Talento de Fiab , Nelly González.
En cuanto a la producción, en 2019 la industria española de alimentación y bebidas alcanzó los 119.224 millones de euros (frente a los 116.890 millones de euros en 2018), aportando el 2% del PIB; "dato que demuestra la fortaleza del sector en un escenario de incertidumbre en que la economía europea mostró una importante desaceleración", según ha destacado Mauricio García de Quevedo, director general de Fiab.
Sin embargo, la crisis de la Covid-19 podría provocar una caída de entre un 3,8% y un 8% este 2020. En el peor de los escenarios, en el que se contempla un rebrote del coronavirus, las pérdidas en producción podrían llegar a los 10.000 millones de euros este año.
Por su parte, las exportaciones son otra de las magnitudes que experimentaron crecimiento (un +6,2% en 2019), llegando a los 32.363 millones de euros, a pesar de la incertidumbre mundial y las trabas al comercio internacional. La UE fue el destino del 63,9% de las exportaciones de nuestros productos, mientras que el 36,1% restante fue exportado a terceros países. Pero para 2020 ahora la Covid-19 se une a otras amenazas a la exportación de los productos alimentarios españoles, provocando caídas previstas de entre un 6% y un 11% con valores inferiores a los registrados en 2017.
Mauricio García de Quevedo asegura que “nuestras exportaciones ya estaban sufriendo con los aranceles de Estados Unidos y la incertidumbre que genera el Brexit, y esta pandemia ha provocado una crisis económica mundial que causa una bajada de la demanda de productos de alta calidad como los españoles”.
Mauricio García de Quevedo: “El mundo entero ha cambiado en unos meses y la industria de alimentación y bebidas también ha comenzado a sufrir la crisis del coronavirus. Este año tendremos un gran impacto en empleo, producción y exportaciones y esperamos empezar a recuperarnos el año que viene. Confiamos que en 2022 volvamos a cifras similares a las de 2019”
En lo que respecta al empleo, en 2019 el sector alcanzó un total de 436.700 afiliados (+2,5%), generando datos positivos por sexto año consecutivo. La tasa de empleo femenino alcanzó el 36%, con un récord en puestos de investigación ya que el 52% de los puestos en I+D+i en el sector son mujeres.
Sin embargo, y como consecuencia de la crisis de la Covid-19, la industria de alimentación y bebidas perderá entre 4.000 y 11.000 empleos directos según estimaciones basadas en las fuentes oficiales relativas a la afiliación media publicadas por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, así como en las previsiones realizadas por Funcas y Ceoe y el comportamiento que el mercado laboral ha tenido en la industria durante los últimos años.
“El mundo entero ha cambiado en unos meses y la industria de alimentación y bebidas también ha comenzado a sufrir la crisis del coronavirus. Este año tendremos un gran impacto en empleo, producción y exportaciones y esperamos empezar a recuperarnos el año que viene. Confiamos que en 2022 volvamos a cifras similares a las de 2019”, ha afirmado el director general de Fiab.
De las 30.730 empresas del sector repartidas por todo el territorio nacional durante 2019, la crisis económica derivada de la pandemia del coronavirus provocará el cierre de alrededor de 800 empresas, en su mayoría pymes.
“El cierre del canal horeca y la paralización del turismo afecta gravemente a nuestra industria, que destina un 30% de su oferta a la hostelería. Incluso muchas de nuestras empresas destinan la totalidad de su producción a este canal y algunos sectores más del 80% de su facturación”, ha explicado García de Quevedo.
En esta coyuntura, Fiab ha presentado al Gobierno una serie de medidas urgentes para la reactivación económica con propuestas de ámbito económico y fiscal; para el fomento y la protección del empleo; de apoyo a la exportación; para impulsar el consumo y el trinomio Alimentación-Gastronomía-Turismo; de competitividad y sostenibilidad industrial; así como de apoyo a la I+D+i.
Además, junto a Hostelería de España y Aecoc ha constituido una Plataforma de apoyo a la hostelería para reactivar este sector imprescindible para el conjunto de la economía española y de vital importancia para la industria de alimentación y bebidas.
Desde la Federación se considera imprescindible recuperar la confianza de los ciudadanos para impulsar el consumo y reactivar la economía. “Insistimos en la importancia de que el Ejecutivo desestime la imposición de impuestos al consumo con el objetivo de mantener una mayor renta disponible en el ciudadano que contribuya a la recuperación”, reitera el director general de Fiab. Entre las medidas propuesta destaca la importancia de proporcionar liquidez a las empresas y dotar de flexibilidad las medidas laborales para no perder tejido empresarial y recuperar el empleo con rapidez.
La Federación asegura que es fundamental potenciar el trinomio Alimentación-Gastronomía -Turismo a través de campañas que fomenten el consumo nacional, el turismo y la promoción de los productos españoles en el extranjero, así como realizar la reactivación de la hostelería basada en criterios sanitarios objetivos y transparentes y adaptados a las fases de desescalada.