Revista
La sostenibilidad y las prácticas del sector cárnico han centrado el debate en los últimos meses y el 22º Congreso Aecoc de Productos Cárnicos y Elaborados, que ha reunido en Lleida a más de 350 asistentes, ha contado con empresas, científicos y académicos para analizar sus sistemas de producción y responder a los ataques recibidos.
La CEO de Campofrío Frescos, Camille Greene, ha asegurado que “nunca había escuchado la palabra macrogranja como en los últimos meses” y ha considerado que el término “se está utilizando intencionadamente para generar confusión y activar campañas contra la ganadería”. En este sentido, ha afirmado que en España se cumple con la legislación vigente y ha recordado que las granjas porcinas del país tienen de media 420 cerdos, mientras que países como Alemania tienen 1.900 y Dinamarca hasta 3.500.
El catedrático Carlos Buxadé ha explicado que, a pesar de estas cifras, en Alemania los ganaderos son considerados empresarios ejemplares y ha advertido que “la comunicación negativa que se está generando pone en riesgo a las ganaderías españolas y compromete su rentabilidad”. En este sentido, ha recordado que el consumo de proteína animal está bajando tanto en España como en Europa.
Carlos Buxadé: “El sector busca minimizar la generación de residuos y evitar dañar el entorno, ya que de lo contrario su actividad no es sostenible”
Buxadé ha defendido que los empresarios son los primeros en promover sistemas productivos sostenibles para asegurar la viabilidad de sus negocios. “El sector busca minimizar la generación de residuos y evitar dañar el entorno, ya que de lo contrario su actividad no es sostenible”. El catedrático ha asegurado que “las empresas del sector cárnicos son ejemplares y ejemplarizantes”, y les ha reclamado “pasar a la ofensiva con una comunicación basada en criterios técnicos y científicos, no emocionales”.
También desde la ciencia, la química y divulgadora científica Deborah García ha insistido en que “los datos científicos refuerzan que el consumo de carne es totalmente compatible con una dieta sana y sostenible, pero defenderlo conlleva problemas, ya que el discurso de moda es el de no comer carne”.
En su intervención durante el congreso, el director general de la división avícola de Vall Companys, Josep Solé, ha asegurado que tanto la ganadería extensiva como la intensiva son necesarias. La primera, para sanear limpiar y sanear los campos y la segunda para garantizar el suministro de carne. En el mismo sentido se ha expresado el director general de Novafrigsa-Grupo Coren, Dino Grobas, que ha descrito las granjas con más cabezas de ganado como “modernas, eficientes y viables”.
Grobas también ha rebatido el argumento sobre la falta de sostenibilidad de los modelos de ganadería intensiva. “La ganadería genera el 5% de los Gases de Efecto Invernadero, mientras que la producción de tecnología digital supone el 4%, pero no existen campañas en su contra”.
La gerente de RSC de Lidl en España, Michaela Reishcl, ha incidido en la necesidad de comunicar las buenas prácticas del sector para llegar a un consumidor cada vez más concienciado. “El comprador quiere saber de dónde vienen nuestros productos, de qué están hechos y cómo los envolvemos”. Reischl ha remarcado que una buena comunicación repercute en las ventas, y ha puesto como ejemplo que las ventas de huevos de Lidl han crecido un 26% desde que apostaron por poner en sus lineales únicamente variedades ecológicas.
El Congreso Aecoc de Productos Cárnicos y Elaborados también ha contado con la participación del profesor de la Universidad de Barcelona, Gonzalo Bernardos, que ha analizado el actual contexto económico, marcado por el conflicto bélico en Ucrania. “Las sanciones impuestas a Rusia van a afectar al precio de las materias primas, del gas y, por tanto, de la industria agroalimentaria”, ha asegurado. Para paliar sus efectos ha reclamado un “pacto de rentas”, siguiendo el modelo de los Pactos de la Moncloa de 1977, en el que los trabajadores sacrifiquen parte de su poder adquisitivo y los empresarios parte de sus beneficios.
Bernardos ha pronosticado que “la guerra no va a alargarse y sus efectos van a ser limitados”, por lo que ha recomendado a las empresas “no repercutir el total de la subida de sus costes a los consumidores para conservar su clientela y pasar este año sin mayores impactos”. El académico también ha reclamado al gobierno medidas para paliar los efectos de la inflación y evitar que dañen al sistema productivo. En este sentido, ha considerado necesario aprobar cuanto antes subvenciones al transporte y reducir el impuesto de sociedades.
A pesar de la situación actual, Bernardos ha augurado que la década de los años 20 será de crecimiento y ha asegurado que los Fondos Europeos son una oportunidad para España. “El problema que vamos a tener es en qué gastamos el dinero”. El profesor también ha avanzado que las afectaciones sobre la cadena de suministro vividas a raíz de la pandemia y de la crisis de Ucrania provocarán cambios en la Unión Europea. “Se replantearán cuestiones como la soberanía energética y la Política Agraria Común e iremos hacia un proteccionismo estratégico para que Europa no dependa tanto de mercados exteriores”.