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Según el último informe del Instituto de Investigación Capgemini, “Reflexionar: por qué el diseño de productos sostenibles es una necesidad prioritaria”, el 67% de las empresas ha experimentado una reducción en las emisiones de carbono gracias a la aplicación de estrategias de diseño de productos sostenibles, mientras que para el 73% ha supuesto una mejora en el crecimiento de los ingresos. La investigación señala una necesidad crítica de intensificar la acción: las organizaciones pueden comenzar haciendo de la sostenibilidad una prioridad estratégica fundamental para los equipos de diseño de productos.
Las decisiones de diseño tienen un profundo impacto en las consecuencias medioambientales y sociales de los productos. Alrededor del 80% del impacto ambiental de los productos se puede atribuir a decisiones tomadas en la etapa de diseño.
Fundamentalmente, el diseño de productos sostenibles es una palanca clave para ayudar a las compañías a lograr la transición hacia el objetivo net zero. Las emisiones de los productos pueden representar una parte importante en las emisiones totales de las empresas y las estrategias de diseño sostenible son vitales para mitigarlas. Sin embargo, solo el 22% de las organizaciones ha hecho de la sostenibilidad un componente fundamental en el diseño de productos, y únicamente una cuarta parte de las compañías realiza evaluaciones periódicas del impacto medioambiental (26%) y social (25%) al crear nuevos productos.
“Para alcanzar sus objetivos de reducción de carbono y cumplir con los propósitos generales de desarrollo sostenible, las organizaciones deben pensar más allá de los problemas de diseño aislados y considerar el sistema en su conjunto, desde las primeras etapas del diseño del producto hasta la selección de los materiales y la gestión del final de la vida útil. Esto requiere una serie de enfoques diferentes a lo largo de todo el ciclo de vida del producto, incluyendo el pensamiento sistémico, el pensamiento de diseño circular y los enfoques regenerativos”, señala Roshan Gya, director global de Industria Inteligente de Capgemini. “Las empresas también deben tener en cuenta que muchas iniciativas de sostenibilidad se caracterizan por un perjuicio a corto plazo seguido de un beneficio a largo plazo, como las inversiones iniciales para evitar mayores costes en el futuro."
El informe revela que la principal motivación para el 61% de las compañías que actualmente adopta prácticas de diseño de productos sostenibles o que planea hacerlo en el futuro es la presión de las normas reguladoras. Dado que la normativa se endurecerá en el futuro, incluso en lo que respecta a la ampliación de la vida útil de los productos y a los materiales reciclados utilizados en productos y/o en sus envases, las empresas que aún no estén aplicando un diseño sostenible deben reconsiderarlo para protegerse del riesgo de incumplimiento de la normativa en el futuro.
A menudo se piensa que el diseño sostenible es demasiado costoso, y esta percepción representa un obstáculo importante para su aplicación. Sin embargo, Capgemini descubrió que, en todos los sectores, el 23% de las empresas que ha aplicado al menos una estrategia de diseño sostenible ha experimentado una disminución de los costes, mientras que el 37% de las organizaciones afirma que los costes se han mantenido igual.
Según el informe, las compañías deben considerar las inversiones en el diseño de productos sostenibles desde una perspectiva a largo plazo. Para muchas empresas, estas inversiones ya están dando sus frutos; de las organizaciones que informaron de un aumento de los costes, el 51% afirma que ha sido superado con un incremento de los beneficios. Las empresas han experimentado un mayor crecimiento de los ingresos (73%), una mayor satisfacción de los clientes (70%) y un mayor compromiso de los empleados (79%), además de una reducción de las emisiones de carbono (67%).
El diseño sostenible también ofrece oportunidades de reducción de costes en toda la cadena de valor mediante estrategias como la "desmaterialización" y el "aligeramiento", cuyo objetivo es reducir la cantidad de materiales utilizados en un producto. Otros beneficios incluyen una mayor eficiencia en la fabricación, por ejemplo, mediante la disminución del consumo de energía y agua, y la reducción del tiempo de montaje; y costes de transporte más bajos con productos optimizados y diseño del embalaje. El informe concluye destacando que, para obtener beneficios, las empresas deben hacer de la sostenibilidad una prioridad principal en el diseño y hacer hincapié en la necesidad de un cambio de sistemas.
La adopción de un enfoque basado en datos es fundamental y las compañías deben evaluar el impacto de los productos de manera holística, midiendo el impacto medioambiental y social a lo largo del ciclo de vida del producto. También deben colaborar con las partes interesadas a lo largo de la cadena de valor para determinar conjuntamente las decisiones de diseño sostenible, basadas en el impacto y la viabilidad, e invertir en asociaciones para desarrollar nuevas competencias. Igualmente, es necesario invertir en servicios que faciliten la ampliación y la gestión del fin de la vida útil de los productos, cerrar el círculo de los flujos de productos y materiales, y garantizar que los productos sean realmente sostenibles a lo largo de su ciclo de vida.
Además, los avances tecnológicos están abriendo numerosas oportunidades para el diseño de productos sostenibles, y las organizaciones deben asegurarse de utilizar la tecnología de manera más eficiente y amplia para apoyar sus iniciativas de diseño de productos sostenibles.