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Situado al Sur de Madrid, en Leganés, el centro comercial recién renombrado Westfield Parquesur recibe casi 20 millones de visitas al año. Dada la enorme afluencia y la influencia que tiene en la zona donde se encuentra, su actual propietario, Unibail-Rodamco-Westfield, ha decidido darle un cambio radical.
Broadway Malyan ha sido el estudio de arquitectura encargado de desarrollar el nuevo diseño y dirigir la reforma de los casi 9.500 metros cuadrados que constituyen su edificio más antiguo, construido hace 30 años, bajo la supervisión de Ana Caballero, subdirectora técnica del centro que ha dirigido toda la obra.
Las dos ideas centrales que articulan el proceso de esta reforma son mejorar la experiencia del cliente mediante la introducción de elementos vegetales y un concepto de renovación de pavimiento e interiorismo basado en la luz y la madera.
Como el suelo del edificio original se apoya directamente sobre el terreno, sin parking debajo, se ha aprovechado esta ventaja constructiva para crear un parque dentro del centro comercial consistente en un circuito de jardines interiores. Otro modo de acercar la naturaleza a la experiencia del cliente ha sido darle mayor protagonismo a los suelos, que generan puntos de contraste en algunas áreas estanciales. En esas zonas se han combinado los tonos blancos del suelo con los oscuros, actuando como perímetro de la vegetación y los frentes de tienda, además de enfatizar las áreas estanciales y de futuros kioskos con islas de terrazo continuo. Las obras de sustitución del pavimento interior se iniciaron en mayo y se han elegido materiales como el mármol blanco Ibiza, Atlantic Grey y terrazo.
En el interior del centro comercial, Broadway Malyan ha aprovechado las condiciones existentes (zonas de circulación cubiertas por lucernarios que permiten una iluminación natural muy destacable) eliminando aquellos elementos que obstaculizaban el paso de la luz al interior del mall e introduciendo dos materiales en todas las actuaciones que fomentan la calidez y optimizan el resultado de la iluminación proyectada: la madera y el color blanco.
El techo ha sido el segundo gran elemento de este proyecto. Si en sus primeros años se construyó en ladrillo visto como era tendencia de la época, más adelante se escondió detrás de placas de cartón-yeso. Hoy, las tendencias son mucho más minimalistas y el objetivo era conseguir que fuera lo más limpio y continuo posible. Para ello, se han suprimido los puentes que ocultaban las instalaciones o se han reducido en superficie cuando no era posible, revistiéndolos de madera. Así se ha conseguido que el lucernario pueda disfrutarse por completo y la luz natural bañe todo el interior del espacio.