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Grupo Marqués del Atrio ha lanzado Doña Isabella Garnacha y Doña Isabella Garnacha Rosé. Ambos están elaborados con uva garnacha (100%) de calidad, procedente de viñas viejas enclavadas en parajes cercanos a Corella, al sur de Navarra, una Denominación de Origen Protegida (D.O.P) donde el grupo aspira a aumentar su presencia.
Las dos nuevas referencias se incorporan a un portfolio de más de 50 vinos que el grupo bodeguero produce en cinco Denominaciones de Origen Protegidas (D.O.P): Rioja, Ribera del Duero, Utiel-Requena, Rías Baixas y Navarra, y una Indicación Geográfica Protegida (I.G.P), Vinos de la Tierra de Castilla.
Jorge Rivero: “Llevábamos tiempo queriendo elaborar un rosado que respondiese a esta tendencia de vinos provenzales, ligeros y frescos pero no queríamos hacer un rosado cualquiera"
Además, llegan al mercado después de un largo recorrido histórico. Doña Isabella fue un vino que se dejó de embotellar hace 30 años, y ahora la familia ha querido recuperar la referencia con un diseño rejuvenecido para atraer a los paladares más jóvenes.
Esta referencia es la que más simboliza esa apuesta del grupo bodeguero por la D.O.P. de Navarra. La gama de vinos rosados tiene especial relevancia en esta región, donde solo está permitido elaborarlos a través del sangrado, técnica que asegura la mayor calidad. Primero, se seleccionan las mejores uvas, que se dejan macerar en un depósito en frío durante cuatro horas. Después, se abre el grifo de la parte inferior para que el mosto rosado fluya por la gravedad, y se realiza un desfangado estático a baja temperatura, para después trasegar los claros y comenzar con la fermentación a una temperatura de 15 a 18ºC.
Una vez terminada la fermentación alcohólica, se realizan battonages periódicos, una técnica que consiste en empujar las lías en suspensión removiendo el vino para poder explotar todas sus propiedades y dar volumen en boca. Finalmente, el vino es clarificado, filtrado y embotellado para reposar durante al menos dos meses antes de salir al mercado.
“Llevábamos tiempo queriendo elaborar un rosado que respondiese a esta tendencia de vinos provenzales, ligeros y frescos pero no queríamos hacer un rosado cualquiera. Queríamos poner en valor la variedad garnacha, que nos permite hacer este rosado de la calidad que queremos. Le da un punto de golosidad que lo hace un vino fácil de beber, amable”, ha afirmado Jorge Rivero, director comercial del grupo Marqués del Atrio y miembro de la quinta generación al frente del grupo.
Es un vino de color rojo violáceo intenso con aroma a frutos rojos ensamblados con notas de café torrefacto tras su fermentación en barrica durante tre meses. Para potenciar todos los matices, se hacen remontados diarios para extraer color, taninos y aromas de las uvas. Una vez fermentado, el vino se trasiega a barricas de roble, donde permanece unos tres meses, para una segunda fermentación maloláctica que es lo que le aporta ese redondeado en boca, un cuerpo con más presencia y unos sutiles matices tostados.