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Incarlopsa ha renovado y ampliado la certificación del Sistema de Gestión de Residuo Cero para los principales centros productivos de la compañía. En concreto, ha renovado el certificado para el matadero que Incarlopsa tiene en la localidad conquense de Tarancón, incluyendo las actividades de sacrificio, despiece, loncheado y empaquetado de productos cárnicos de porcino, y ha certificado la planta de corte y envasado de producto fresco y la fábrica de elaborados, ambas situadas también en Tarancón, y los secaderos de la compañía, ubicados en Toledo, concretamente en las localidades de Corral de Almaguer y Olías del Rey, además de en Tarancón.
Antonio Contreras Torres: “La certificación del Sistema de Gestión de Residuo Cero reconoce a aquellas organizaciones que valorizan los residuos que generan, evitando que tengan como destino final la eliminación en vertedero”
La certificación de las principales instalaciones productivas de Incarlopsa acredita que la compañía dispone de un sistema de gestión de residuos orientado a la valorización conforme con los requisitos del Reglamento RP-CSG-057, que está alineada con el compromiso medioambiental de la compañía, basado en un modelo de desarrollo sostenible y a largo plazo donde se promueve la economía circular, y se enmarca en la línea de actuaciones de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el G20, el Plan Estatal Marco de Residuos (PEMAR), la Unión Europea y España en lo relativo a economía circular.
“La certificación del Sistema de Gestión de Residuo Cero reconoce a aquellas organizaciones que valorizan los residuos que generan, evitando que tengan como destino final la eliminación en vertedero”, ha explicado Antonio Contreras Torres, Director de AENOR en la sede de Castilla La Mancha. “La ampliación de nuevas plantas de producción de la compañía demuestra que el compromiso de Incarlopsa con la gestión eficiente de los residuos y con su entorno es firme”, ha añadido.
En el caso concreto de Incarlopsa, que ha sido la primera compañía del sector alimentario de Castilla-La Mancha en obtener esta certificación, se ha logrado demostrar una valorización del 99,37% de los residuos generados en el matadero, la planta de corte y envasado de producto fresco y en la fábrica de elaborados, mientras que el porcentaje aumenta hasta el 99,81% al referirse a la valorización de los residuos generados en los tres secaderos del grupo.
La certificación de residuo cero tiene una validez de tres años, si bien la compañía deberá someterse durante este tiempo a auditorías de control intermedias para poder conservar la certificación tal y como ha ocurrido con la renovación obtenida para las actividades de sacrificio, despiece, loncheado y empaquetado de productos cárnicos de porcino que se realizan en el matadero.