Revista
El ámbito de la legislación alimentaria en la Unión Europea y España sigue siendo un “hervidero” de cambios importantes. A medida que nos acercamos a finales de año, varias iniciativas legislativas continúan en proceso, algunas de las cuales han sido esperadas por el sector durante más de un año.
El proyecto Food4one II, cofinanciado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder), ha logrado superar las limitaciones tradicionales de la nutrición personalizada.
Ainia cerró el ejercicio 2023 con un crecimiento de sus ingresos cercano al 8% respecto al año anterior, alcanzado los 21,1 millones de euros, de los que más del 60% corresponden a ingresos de la empresa.
El objetivo es contribuir a solucionar los incumplimientos normativos por parte de las empresas del sector, mejorando la seguridad alimentaria y la protección de los derechos de los consumidores.
Cabe destacar que el 79% de los consumidores está cambiando sus preferencias de compra en base a criterios de responsabilidad social e impacto medioambiental de la empresa o del producto, según un informe de Capgemini.
Cárnicas Serrano reinventa la categoría de empanados gracias a una fructífera colaboración con el centro tecnológico Ainia, a través de la cual han desarrollado una novedosa gama de empanados cárnicos refrigerados.
Ainia está trabajando en un hub de información específico sobre seguridad alimentaria con el objetivo de interconectar y procesar las diferentes fuentes de información existentes en esta materia en un único sistema capaz de razonar.
El mercado de la nutrición personalizada crecerá en los próximos años, impulsado por un acceso a tecnologías que ayuden a segmentar y caracterizar a los consumidores.
El aumento de la población mundial hace imprescindible la búsqueda de fuentes de proteínas alternativas a las de origen animal.
La carne cultivada in vitro se presenta como una alternativa sostenible, que podría contribuir a solventar la demanda creciente de proteínas a nivel mundial.
El objetivo ha sido aportar a las empresas soluciones tecnológicas innovadoras que les ayuden al diseño, desarrollo y lanzamiento de nuevos productos capaces de mejorar la salud, a través de su interacción con la microbiota colónica.
Aprovechar la fruta perdida como merma de producción en actividades agrícolas para obtener bioproductos de alto valor, incluyendo productos para la industria cosmética es el objetivo de Frutalga.
Ainia está trabajando en el desarrollo de recubrimientos comestibles para alimentos frescos, con el objetivo de reducir los residuos de envases y evitar el desperdicio alimentario.
El I Encuentro de Calidad y Seguridad Alimentaria, celebrado recientemente en AINIA, identificó los principales riesgos alimentarios emergentes que pueden tener un mayor impacto en los próximos años.
Ainia ha desarrollado un datalake capaz de fusionar información interna de las empresas, como analíticas de laboratorio o sensores de control de proceso, con información externa, como alertas y eventos de seguridad alimentaria.
El año arranca con una serie de iniciativas legislativas vinculadas al sector agroalimentario que se encuentran en proceso de desarrollo y deberían llegar a buen puerto durante 2023 e impactar en la actividad agroalimentaria, según Ainia.
La inquietud en el sector es alta y las empresas se plantean cuestiones sobre diversos aspectos vinculados con la nueva legislación, desde el departamento de Derecho Alimentario de AINIA, José María Ferrer nos comenta algunas de las cuestiones que han surgido en las últimas fechas.
Ainia ha logrado este año ampliar el alcance de sus análisis químico y microbiológico. Ha conseguido, por parte de la Entidad Nacional de Acreditación (ENAC), seis nuevas acreditaciones, principalmente dirigidas a la alimentación y el envase de alimentos.
AINIA está desarrollando una metodología de técnicas biométricas observacionales, basadas en la neurociencia, para investigar la atención visual real del consumidor ante los productos alimenticios, envases y etiquetas.
Ainia está desarrollando una plataforma robótica móvil capaz de recolectar fruta del suelo para darle un segundo uso, reduciendo así el desperdicio alimentario y mejorando el rendimiento e inversión de los cultivos agrícolas y apostando por la sostenibilidad.