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El estudio El Retail Europeo 2021-2022, elaborado por la consultora de investigación de mercados GfK, analiza los principales indicadores del comercio minorista en el continente. En la última edición recoge para 2021 un crecimiento en el sector retail del 7,7% en España con respecto a 2019, casi un punto por encima de la media de los 27 estados miembros de la UE (6,8%).
El informe analiza la evolución y desarrollo del sector minorista en la región a través del examen del poder adquisitivo, el volumen de negocio, las cuotas del consumo privado destinado al retail y las tendencias en los precios al consumidor. La novedad este año es el análisis de las compras del futuro, basadas en nuevas tecnologías y canales digitales.
En estos momentos, el crecimiento de la inflación, a causa del alza de los costes energéticos o la guerra en Ucrania, con la repercusión que tiene en la cadena de suministro, está provocando pérdidas en el poder adquisitivo de los consumidores europeos, lo que añade incertidumbre a cómo se comportarán las ventas.
El informe señala que, tras dos años de pandemia, el retail se encuentra en una buena posición para afrontar los retos que se avecinan, debido al fortalecimiento experimentado durante ese tiempo. Los mayores crecimientos se dieron en Lituania (+17%), Eslovenia (+16%) y Estonia (+13%), mientras que en Francia, España e Italia se registraron aumentos del comercio minorista superiores al 7%.
Este impulso se puede atribuir especialmente al sector no alimentario que registró crecimientos de dos dígitos en la mayoría de los países, un incremento que los analistas achacan a la recuperación tras las fuertes pérdidas sufridas durante la pandemia.
Una de las variables que afectan de forma directa a las ventas del comercio minorista es el poder adquisitivo de los consumidores. En 2021 España sumó un poder adquisitivo per cápita de 14.709 euros. En el conjunto de la UE, el poder adquisitivo nominal de los ciudadanos alcanzó los 15.055 euros con un crecimiento medio del 2,4% en 2021, tras mantenerse prácticamente invariable el año anterior.
La situación actual con la inflación en niveles récord en Europa puede cambiar esta tendencia y tener un efecto directo en el consumo de los hogares. Se estima una subida de los precios de media en la región del 6,8%, muy lejos del 2,0%, una cifra considerada ideal para la economía de la zona. En el caso de España, se espera que la inflación para este año se sitúe en el 6,3%.
Por otro lado, se observa una gran diversidad del poder de compra en los distintos estados de la UE: los ciudadanos que tienen más capacidad de gasto siguen viviendo en Luxemburgo (35.096 euros por habitante) y Dinamarca (27.621 euros). Por el contrario, los habitantes de Rumanía (7.453 euros) y Bulgaria (5.229 euros) se sitúan a la cola.
Cuanto más madura es la economía, menor es la porción del gasto familiar dedicado a compras básicas como alimentación y más baja es la cuota del consumo privado destinado al retail. Teniendo esto en cuenta, en España se reservó un 36% al comercio minorista, siendo así uno de los países, junto con Alemania, Francia e Italia, que aumentaron este porcentaje de manera significativa, entre 3 y 5 puntos porcentuales desde 2019.
La mayor porción del presupuesto destinado al retail lo tienen los países del Este, como Hungría (50,1%), Estonia (49,4%) y Croacia (49,1%). En el lado contrario, los ciudadanos que menos dedican a las compras básicas son los de República Checa (27,5%), Reino Unido (29,2%) y Alemania (30,5%). La media de la UE-27 se sitúa en el 35,8%.
El informe de este año incorpora un nuevo capítulo dedicado a las compras realizadas mediante nuevas tecnologías o canales digitales. España, con un índice de 134, se sitúa a la cabeza en el índice general que mide las compras realizadas a través de redes sociales, realidad virtual y/o aumentada, el sistema Click&Collect, las suscripciones a productos y aquellas a través de altavoces inteligentes. En todos estos indicadores, supera los 100 puntos establecidos como media. Le sigue Reino Unido con un índice de 123.
El caso contrario es el de Alemania, cuyo índice es de 59, siendo el país con menor ranking en Europa Occidental.