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Väcka ha cerrado una ronda de inversión de 1,1 millones de euros. "Las innovaciones desarrolladas por la startup en cuanto a diseño, ingredientes y proceso de elaboración del fermentado de sus productos ha atraído el interés de destacados grupos de inversión del ecosistema vegano global", destacan sus responsables.
La ronda levantada, que cerró a finales del año pasado una primera fase con el apoyo de Bolsa Social, se ha complementado con participaciones de inversores privados del sector plant-based, entre los que destaca Álvaro Martínez Gallardo, fundador y CEO de Birdman, multinacional dedicada a las proteínas vegetales; sociedades de capital riesgo que apuestan por el sector, como Capital V, Big Idea Ventures -uno de los mayores inversores del mundo en nuevas proteínas- y Leanox Venture Capital; y con las aportaciones de varios business angels, entre ellos Rat Gasol.
“La cifra levantada nos permitirá este mismo año alcanzar los 3.000 puntos de venta, abordar la expansión internacional y crecer orgánicamente”, ha afirmado Luz Sanz, cofundadora y CEO de Väcka, creada conjuntamente con Maxime Boniface, CTO de la foodtech.
Después de cerrar este pasado ejercicio con una facturación de 285.000 euros y un incremento en las ventas cercano al 300%, la previsión de Väcka para 2023 es alcanzar la cifra de 1,5 millones de euros de facturación, gracias al aumento de puntos de venta en España y Francia, y a la ejecución de los planes de expansión internacional.
La foodtech plant-based, que ofrece una alternativa de calidad a los quesos de origen animal, inauguró el año lanzando al mercado los dos únicos quesos vegetales que existen en el mundo elaborados a base de aceite de oliva y leche fermentada de semillas de melón, Mözza y Pumpkin Chxddar, una innovación que mejora el sabor de los productos y que progresivamente aplicará también a las variedades Vrie y Filä.
Luz Sanz: “La cifra levantada nos permitirá este mismo año alcanzar los 3.000 puntos de venta, abordar la expansión internacional y crecer orgánicamente”
Las semillas de melón, que substituyen a la leche fermentada de almendras, destacan por contener una alta dosis de ácido linoleico, un macronutriente que incide en el funcionamiento neuronal, el fortalecimiento del sistema inmunológico y la reducción de colesterol, actuando como preventivo de las afecciones del sistema cardiovascular. Por otro lado, la sustitución del aceite de coco por el de oliva extra virgen permite elaborar un producto casi libre de grasas saturadas, que lo distingue y lo hace competitivo frente a los productos de origen animal.
Estos cambios han supuesto una mejora en el sabor de los productos pero también inciden en el proceso de producción, haciéndolo más sostenible y respetuoso con el medio ambiente puesto que reduce el 99,1% del consumo de agua, el 98,7% del uso de tierra y el 91,8% de las emisiones de CO2, además de disminuir el 73,6% de las grasas saturadas en la marca Mözza.
El equipo de Väcka llevó a cabo un Life Cycle Analysis que finalizó con una innovación que la convierte en la primera foodtech plant-based que la implementa en sus productos. “Investigamos diversas semillas y las de melón destacaron por su valor nutricional y sus propiedades en cuanto a aroma y sabor. Además, a las nuevas versiones les hemos añadido ingredientes de alto valor nutritivo, como la avena y las alubias, y suplementos de calcio. El resultado es un producto que garantiza un incremento del 3,3 en el proceso de fundición, dándole al queso una mayor elasticidad y versatilidad en la preparación de platos sabrosos”, explica Sanz.
La firma solicitó el pasado mes de diciembre la patente de este proceso innovador ante la Oficina de Patentes y Marcas Registradas de Estados Unidos (USPTO).