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La inflación y la creciente sensibilidad de los consumidores a los precios y promociones fueron los temas que dominaron el panorama de la industria de la alimentación en Europa durante el año 2022. El sector registró el año pasado la mayor caída de márgenes en los últimos cinco años y el volumen de negocio cayó en Europa un 7,1%, a consecuencia principalmente de la inflación.
Estas son algunas de las principales conclusiones del estudio ‘Vivir con la incertidumbre y responder a ella: The State of Grocery Retail 2023’, elaborado por McKinsey & Company y EuroCommerce, que analiza las tendencias clave que marcarán la evolución de la industria de la alimentación en los próximos años. El informe se basa en los resultados de entrevistas realizadas a 50 CEOs de compañías de alimentación en Europa y una encuesta a más de 12.000 consumidores en once países europeos.
Según el informe, el sector afronta este 2023 con prudencia, esperando que los volúmenes minoristas permanezcan estables a lo largo del año, a pesar de que el 53% de los consumidores en Europa planea ahorrar más dinero en sus cestas. La presión sobre los márgenes sigue presente en la agenda del sector, con un 88% de los directivos europeos señalando este punto como predominante en los próximos meses. Al tiempo que la presión del mercado aumenta, el análisis apunta a una creciente necesidad de innovación empresarial, economías de escala e inversiones para proteger el negocio en el futuro.
Christel Delberghe, directora general de EuroCommerce, ha afirmado: "Proteger a los consumidores de la inflación y el aumento de los costes de la energía ha sido un gran desafío para los minoristas y mayoristas en Europa, lo que suma más presión a los márgenes ya muy bajos”.
María Miralles: "En el caso de España el mercado registró un aumento de las ventas totales en 2022 impulsadas por la inflación y las ofertas de descuento mientras que las ventas online cayeron"
Con respecto a la evolución de la industria de alimentación en España, el informe señala que la caída de volumen de negocio fue de 5,4%, si bien el año pasado las ventas crecieron un 2,2% interanual debido a la inflación y consiguiente subida de precios, situándose un 10,5% por encima de los niveles de 2019.
Las ventas del canal online en España disminuyeron un 8,4% en 2022; mientras que las ventas en el canal descuento aumentaron un 7% y el mercado de foodservices repuntó un 33% en 2022, aunque sigue siendo un 3% inferior a los niveles de 2019.
Además del análisis económico, el informe identifica algunas tendencias de consumo clave que marcarán a la industria este año, tales como las medidas de ahorro que tienen previsto llevar a cabo la mayoría de los consumidores, una homogeneización de hábitos de compra entre los hogares de renta alta y baja o el crecimiento de la marca blanca.
Según el análisis de McKinsey & Company y Eurocommerce, solo en España más del 58% de los consumidores tiene intención de buscar nuevas formas de ahorro en 2023, 10 puntos porcentuales más que en 2022, situándose 5 puntos porcentuales por encima de la media europea (53%). Además, la proporción de españoles que han indicado su intención de buscar activamente promociones en 2023 se sitúa alrededor del 59%, un aumento de casi 19 puntos porcentuales con respecto a 2022, frente al 44 por ciento de la media europea.
María Miralles, socia de McKinsey & Company que lidera el área de consumo en España, ha subrayado: “En el caso de España el mercado registró un aumento de las ventas totales en 2022 impulsadas por la inflación y las ofertas de descuento mientras que las ventas online cayeron. Además, los consumidores españoles optan por buscar cada vez más el ahorro, mientras que la importancia de la salud y la calidad del producto ha disminuido ligeramente, aunque siguen siendo factores a tener en cuenta que se sitúan por encima de la media europea. Y es que, según los datos analizados, el 3% de los españoles pagaría un precio más alto por conseguir un producto más saludable, 6 puntos porcentuales menos que en 2022, mientras que el 17% está dispuesto a comprar productos de calidad, 5 puntos porcentuales menos que en 2022”.
Otro de los puntos clave que aborda el informe es la sostenibilidad. En esta materia, el análisis señala que el sector seguirá intensificando sus esfuerzos para acelerar la descarbonización, ya que los minoristas tienen un papel esencial que desempeñar colaborando tanto con los proveedores como con los consumidores para abordar las emisiones de alcance 3, es decir, las que no generan directamente los minoristas o sus proveedores de energía (que constituyen alrededor del 90% de todas las emisiones).
“Es necesario que las empresas de alimentación sigan sus compromisos e inversión en sostenibilidad para asegurar la futura competitividad de la industria a nivel europeo. La apuesta por la sostenibilidad a medio y largo plazo permitirá reducir el impacto de la volatilidad de los precios de la energía, promover y cadenas de valor más resilientes y sostenibles”, ha apuntado Ignacio Marcos, socio senior de McKinsey & Company que lidera el área de sostenibilidad en consumo.
La circularidad y el impulso de nuevos modelos de negocio ‘verdes’ son otras tendencias clave para la industria de la alimentación que afronta, entre otros retos, el desafío de reducir del desperdicio de alimentos. “Con nuevas estrategias de abastecimiento e impulso de la innovación, mejoras en la gestión de la cadena de suministro y la implementación de modelos circulares se obtendrían grandes beneficios en términos de una mejor gestión alimentaria con impacto social, económico y medioambiental”, ha añadido Marcos.
Por otro lado, el informe alerta de las demoras en los avances en la digitalización e inversión tecnológica debido al cambio de foco hacia las estrategias de corto plazo en 2022. Con la previsión de que el crecimiento del e-commerce sea moderado, el informe apunta que uno de los mayores desafíos será el incremento de la rentabilidad del canal digital. Tal y como se detalla en el informe, los pure players online crecieron más rápido que la inflación en 2022 y algunos alcanzaron rentabilidad. Por otro lado, el reparto de comida a domicilio crece más rápido que el comercio electrónico en valor y penetración de mercado, y es posible que algunos operadores alcancen el punto de equilibrio en 2023.
Con respecto a la tecnología como una de las palancas de la competitividad y eficiencia del sector, el estudio afirma que es probable que esta y la automatización se aceleren, estimando en 45.000-55.000 millones de euros la inversión adicional necesaria en tecnología hasta 2030 en Europa. Con respecto a las tecnologías clave para la industria, la analítica avanzada (AA) se posiciona como esencial por su potencial de mejorar los resultados hasta en un punto porcentual. En paralelo, la IA generativa está emergiendo como una nueva frontera para el marketing y la atención al cliente.
“Si los retailers ofrecen alternativas más económicas a sus clientes y redoblan la eficiencia, podrán disponer de más margen para invertir en crecimiento y sostenibilidad, lo que aumenta las posibilidades de salir reforzados de la actual incertidumbre”, ha finalizado María Miralles.