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Josep Antoni Duran i Lleida, presidente de Asedas, Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados, dialoga con Ignacio García Magarzo, director general de la organización, en ‘Diálogos en Proximidad’, la serie de entrevistas que se puede ver en el canal YouTube de Asedas.
Duran i Lleida asumió la presidencia de la asociación que agrupa el 75% de la distribución alimentaria en España el pasado mes de marzo y lo hizo desde el convencimiento de que “el sector asume una gran responsabilidad en todo el sistema económico español, lo veo con una capacidad de compromiso muy notable, como se puso de manifiesto en la pandemia; es también un reflejo de proximidad, está en cada esquina de tu ciudad, de tu pueblo… es un sector que asegura la alimentación y por eso es tan importante”.
En su conversación con Ignacio García Magarzo, Duran i Lleida analiza las características del diálogo institucional en el momento político actual. “Diálogo no significa renuncia, pero, sabiendo que hay otra parte, unos y otros tienen que ceder para llegar a un acuerdo. Es cierto que hoy es más difícil que en los tiempos en que yo ejercía responsabilidades políticas, porque hoy la política está muy polarizada. Yo le atribuyo un porcentaje importante de esto a las redes sociales, que aportan grandes cosas, pero en el ámbito político, en mi opinión, han restado muchísimo”, afirma.
Josep Antoni Duran i Lleida: "En el nuevo escenario de cierta desglobalización, hay que intentar ser competitivo y, para ello, las normas no pueden incidir en sentido contrario. Por ejemplo, hay que repensar la transición energética como instrumento contra el cambio climático"
Con una presión normativa desconocida hasta ahora, “un comercio en una gran ciudad tiene que conocer más de 3.000 normas para funcionar”, recuerda García Magarzo, ambos conversan sobre el concepto de calidad legislativa. “Hay que intentar trasladar a la política y a la sociedad que se legisla demasiado, mal y deprisa, que hay que legislar menos y mejor. Sería bueno buscar un cierto control de calidad de la norma, que pasaría por seguir su rastro para ver el daño o beneficio que causa su aplicación”, afirma Duran i Lleida. Y añade: “si las normas se hacen a partir del diálogo con los sectores implicados, se van a sentar los fundamentos para que salga adelante con seguridad jurídica y estabilidad”. “Yo defiendo la colaboración público-privada”, termina.
Por último, a las puertas de la presidencia de España del Consejo de Europa, el presidente de Asedas recuerda: “Tengo una profunda convicción europeísta, pero hay cosas que corregir y no sé si estamos a tiempo. Una de esas cosas es la hipertrofia reguladora. En el nuevo escenario de cierta desglobalización, hay que intentar ser competitivo y, para ello, las normas no pueden incidir en sentido contrario. Por ejemplo, hay que repensar la transición energética como instrumento contra el cambio climático. Tenemos que intentar adoptar los cambios necesarios para abordar el cambio climático, que es una realidad, sabiendo que la lucha tiene que ser global. Si no lo entendemos así, lo único que vamos a hacer es perjudicar a nuestra industria”.