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Con motivo del Día de la Gastronomía Sostenible, que se celebra cada 18 de junio, la Asociación Española de Fabricantes de Vegetales Congelados (Asevec) recuerda los beneficios de estos alimentos, al ser un producto sostenible, económico y tan saludable como los frescos.
Desde su cultivo hasta su consumo en casa, la industria de las verduras congeladas sigue un proceso riguroso en el que prima el compromiso con las economías locales, la eficiencia energética y el aprovechamiento, evitando así el desperdicio de alimentos.
“Para contribuir con las zonas rurales, las empresas generan más de 4.600 empleos de manera directa, potenciando el crecimiento económico de estas áreas y cuidando de un sector tradicional en España como es la agricultura”, ha indicado Álvaro Aguilar, secretario general de Asevec.
En concreto, las compañías del sector cuentan con más de 90.000 hectáreas de tierras de cultivo distribuidas por todo el territorio, con especial presencia en Navarra, Aragón, Murcia, Castilla La Mancha y Andalucía.
En este sentido, las plantas productivas donde se procesan las verduras y se someten a la ultracongelación se sitúan cerca de las zonas de cultivo, reduciendo así las emisiones de CO2 y el impacto medioambiental del transporte.
Además, las verduras para ultracongelar se recogen en su mejor momento de maduración, con todo su valor nutritivo. Unas propiedades que se mantienen minimizando al máximo el tiempo de recolecta y tratamiento, consiguiendo así que conserven sus propiedades como si estuviesen prácticamente recién recolectadas.
Álvaro Aguilar: “Para contribuir con las zonas rurales, las empresas generan más de 4.600 empleos de manera directa, potenciando el crecimiento económico de estas áreas y cuidando de un sector tradicional en España como es la agricultura”
“Otra ventaja destacada de las verduras congeladas es su aprovechamiento integral. En el proceso de congelación, los descartes de las verduras, como las hojas y los tallos, así como las partes no aprovechables para el consumo, se utilizan de manera eficiente para fabricar pienso para animales, compostaje, papel...”, ha subrayado Aguilar. Esta práctica reduce el desperdicio de recursos y contribuye a cerrar el ciclo productivo de manera sostenible.
En el hogar, las verduras congeladas permiten su total aprovechamiento, ya que con este producto se puede utilizar la cantidad deseada y guardar el resto. Y es que las verduras congeladas vienen lavadas, peladas y cortadas, listas para consumir, ahorrando tiempo y recursos.
“Su disponibilidad, sabor y valor nutricional las convierten en un aliado perfecto para una dieta saludable. Al elegir las verduras congeladas, no solo estamos cuidando de nuestra salud, sino también del planeta. El sector es un actor clave para contribuir a una gastronomía saludable, sostenible y respetuosa con el medioambiente”, ha finalizado el secretario general.