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Con motivo de Wine Paris & Vinexpo París, uno de los eventos de referencia en el mundo del vino, Vinexposium invita a analizar en profundidad los retos a los que se enfrenta actualmente el sector. Estos desafíos, que van desde el cambio climático hasta las nuevas demandas de los consumidores, pasando por los conflictos geopolíticos y las cuestiones económicas y comerciales, están impulsando a todo el sector del vino y de los espirituosos a explorar soluciones innovadoras para contribuir a su necesaria evolución.
A pesar de una ralentización del consumo global de vinos y espirituosos, la tendencia de los consumidores es descubrir nuevos horizontes, con el deseo de alimentar su curiosidad con una amplia variedad de denominaciones, variedades de uva, terruños... El mercado de los espirituosos también se apasiona por los licores producidos en todas las latitudes. El pisco, el mezcal y el tequila se benefician de esta curiosidad, mientras que el whisky seduce a los indios, el ron al Reino Unido y el cognac a Japón.
Una de las tendencias más llamativas que han surgido en Wine Paris & Vinexpo Paris en los últimos años es el No/Low alcohol, una contracción de las nociones de abstinencia ("sin alcohol") y de moderación (" bajo en alcohol"), que atrae a un número cada vez mayor de consumidores. Si bien los Millennials y la Generación Z desempeñan un papel fundamental en esta evolución, la tendencia se extiende ahora a las mesas de los restaurantes con estrellas Michelin, y no se libra ningún país. El mercado mundial del No/Low superará los 11 000 millones de dólares en 2022, con un aumento del 7% en volumen en 10 mercados clave (Alemania, Australia, Brasil, Canadá, España, Estados Unidos, Francia, Japón, Reino Unido y Sudáfrica). El volumen de bebidas sin alcohol crecerá un 9% en 2022.
La premiumización del sector del vino y de los espirituosos es una tendencia activa desde hace varios años. Los consumidores, cada vez más hedonistas, muestran un interés creciente por los productos premium, los vinos singulares, las bebidas espirituosas de alta gama y las experiencias de degustación exclusivas. Esta tendencia se alimenta del deseo de calidad, autenticidad y diferenciación. Los consumidores son selectivos: quieren beber menos pero mejor.
Desde la pandemia, el mercado mundial de las bebidas espirituosas ha experimentado un periodo de crecimiento, impulsado por la cultura del cóctel, la popularidad de las bebidas espirituosas artesanales y la creciente popularidad de las bebidas listas para beber (Ready-to-drink).
Todos los agentes del sector se ven afectados por este fenómeno. La industria del vino y los espirituosos depende en gran medida de las condiciones meteorológicas y climáticas, y la calidad de la materia prima se ve afectada significativamente por estos factores. Los riesgos climáticos pueden provocar cambios en las temporadas de crecimiento de las vides. Para hacer frente a estos retos, muchos productores de vino y bebidas espirituosas están aplicando estrategias de adaptación, como cambiar las prácticas de viticultura, elegir variedades de uva más resistentes al cambio climático o invertir en tecnologías de gestión de riesgos. El sector también está explorando planteamientos de sostenibilidad para minimizar su impacto en el clima y preservar los terruños tradicionales.
El sector está estrechamente vinculado a cuestiones geopolíticas, sobre todo en términos de producción, distribución, comercio internacional y normativa. Las sanciones económicas impuestas por determinados países afectan al comercio del vino y los espirituosos del mismo modo que los conflictos comerciales o los conflictos armados. Todos estos factores influyen en la demanda y los hábitos de los consumidores, provocando movimientos nacionalistas e incluso boicots. En consecuencia, el sector debe seguir de cerca los acontecimientos geopolíticos y adaptarse para minimizar los riesgos o aprovechar las oportunidades que vayan surgiendo.
El desarrollo sostenible es una cuestión de primer orden en el sector de las bebidas alcohólicas. Consumidores, productores y reguladores están cada vez más preocupados por el impacto medioambiental generado por sus actividades. Desde la vid hasta el envase, el desarrollo sostenible se aplica a todos. La gestión sostenible de los viñedos implica reducir el uso de pesticidas y fertilizantes químicos, preservar la biodiversidad, gestionar el agua y promover prácticas agrícolas respetuosas con el medio ambiente.
Los consumidores aprecian esta tendencia y compran cada vez más productos sostenibles: los productores se esfuerzan por reducir la huella de carbono de sus actividades, minimizando las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con la producción, el transporte y la distribución de sus productos. Ante la presión de los consumidores, muchas empresas del sector están adoptando prácticas sostenibles, lo que les proporciona una ventaja competitiva.
Estas son sólo algunas de las cuestiones que se explorarán y debatirán durante tres días en presencia de eminentes expertos internacionales en la feria Wine Paris & Vinexpo Paris, que se celebrará del 12 al 14 de febrero en Paris Expo (Porte de Versailles). Esta 5ª edición estará marcada por la intensificación de la participación internacional, con un aumento del 72% en la superficie de exposición no francesa liderada por Italia, España y Portugal, y unos 50 países participantes.