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La industria de los refrescos en España está formada por un tejido empresarial muy diverso, en el que las pequeñas y medianas empresas tiene un peso relevante, representan el 60%. La Asociación de Bebidas Refrescantes celebra su primer encuentro “Un sector con arraigo” en Terrassa (Barcelona) en la planta de refrescos más antigua de España, la fábrica de Sanmy, para reconocer la contribución de las empresas de refrescos más pequeñas y familiares y el fuerte arraigo local de toda la industria.
La jornada ha contado con la participación de la primera teniente de alcalde de Terrassa, Maise Ballcels y el director general de Comerç de la Generalitat de Catalunya, Jordi Torrades, que se han sumado al encuentro con más de 40 representantes de empresas de esta industria.
El sector de las bebidas refrescantes tiene más de 200 años de historia en España, por eso en muchas de las compañías que lo integran llevan varias generaciones familiares a sus espaldas. La diversidad del sector de los refrescos es un reflejo de la diversidad de sus productos. Sin embargo, hay un común denominador en todas las empresas de refrescos en este país, el vínculo con las localidades en las que operan.
Tal y como ha destacado el presidente de la Asociación de Bebidas Refrescantes, Iker Ganuza, “somos un sector con un gran arraigo y una buena muestra de ello es que producimos localmente. De hecho, más del 90% de los refrescos que se consumen en España se elaboran en territorio nacional”.
El impacto local del sector también se refleja en su contribución a la economía, con una aportación que supera los 10.700 millones de euros en valor añadido bruto, y a la generación de empleo, con más de 176.000 puestos de trabajo derivados de su actividad y el efecto tractor en otros sectores estratégicos como la hostelería o la agricultura.
Además, esta contribución a la economía y el empleo impacta en todo el territorio porque la industria de refrescos cuenta con 148 centros de actividad repartidos por toda la geografía, desde grandes ciudades a pequeños municipios. En concreto el 15% están localizados en zonas rurales, por lo que el sector también contribuye a la dinamización del medio rural.
El encuentro “Un sector con arraigo” se ha celebrado en Cataluña, uno de los territorios en los que la industria de los refrescos tiene mayor presencia y mayor impacto económico, con una aportación de 1.270 millones en términos de valor añadido bruto y cerca de 19.000 empleos generados.
Iker Ganuza: "Somos un sector con un gran arraigo y una buena muestra de ello es que producimos localmente. De hecho, más del 90% de los refrescos que se consumen en España se elaboran en territorio nacional"
El sector cuenta con 17 centros de actividad en Cataluña y uno de cada tres se ubican en pequeños municipios de menos de 10.000 habitantes como Martorelles en Barcelona, Sant Julià en Girona o Viella en Lleida.
Cataluña es un reflejo de la diversidad y el arraigo de este sector. En la localidad de Terrassa (Barcelona) se encuentra la fábrica de refrescos más antigua de España, de Sanmy, una compañía con más de 125 años de historia. Su directora general y actual vicepresidenta de la Asociación de Bebidas Refrescantes, Pilar Puértolas, ha resaltado la capacidad de innovar y evolucionar con el tiempo, pero sin renunciar a la tradición, la esencia familiar que caracteriza a la compañía.
También en Cataluña se encuentran otros centros de referencia como la fábrica de Coca-Cola en Martorelles (Barcelona), que es una de las más grandes de Europa; o el HUB Digital Mundial de PepsiCo ubicado en Barcelona.
Además de los centros de actividad del sector, en Cataluña se encuentran algunos de los principales proveedores de la industria como Ball, que es el mayor fabricante de latas del mundo, situado en La Selva del Camp (Tarragona) o la empresa aromas Dallant, con 68 años de historia y ubicada en Sant Felliu de Llobregat (Barcelona).