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Según un informe de Bain & Company, la Inteligencia Artificial Generativa (IAG) podría aumentar significativamente la facturación de los comercios, tanto a corto como a largo plazo. Estas empresas podrían incrementar sus ingresos entre un 5% y un 10% gracias a las herramientas de personalización basadas en esta tecnología.
Con la creciente integración de herramientas como ChatGPT y Copilot en la vida diaria de los consumidores, la expectativa de una experiencia de compra personalizada y eficiente está en aumento. La IAG permite a los comercios ofrecer recomendaciones personalizadas en tiempo real, adaptadas a las preferencias individuales y la ubicación del cliente, además de asistentes de compra. Este servicio no solo mejora la satisfacción del cliente, sino que también fortalece la fidelidad a la marca al proporcionar una mejor experiencia de compra.
El estudio también revela que algunos comercios podrían quedar relegados a un segundo plano si no aprovechan totalmente la IAG, dado que las grandes empresas tecnológicas dominarían las primeras etapas de los procesos de compra. Teniendo en cuenta esta realidad, que ya preocupa a muchos comercios, el informe insta a las empresas a adoptar rápidamente soluciones de IAG para aumentar sus beneficios. Tal y como señala la consultora, los primeros proyectos piloto han tenido resultados muy positivos en este sentido.
Alberto Requena: "En general las empresas tienden a sobreestimar un poco la velocidad de implantación de tecnología disruptiva, pero también infraestiman mucho el impacto a largo plazo. Hace tres décadas, muchas compañías infravaloraron la repercusión de Internet"
Adicionalmente, los comercios podrían optimizar su actividad de marketing entre un 30% y un 40% gracias a esta tecnología. La IAG permite automatizar la creación de contenidos, realizar traducciones de forma efectiva, gestionar las redes sociales y desarrollar landing pages dinámicas y personalizadas. Al automatizar estas tareas complejas, las empresas pueden reducir costes y mejorar sus márgenes, además de cubrir una mayor cuota de mercado; especialmente entre los que lideren la adopción de esta tecnología.
Alberto Requena, socio de Bain & Company, comenta: “En general las empresas tienden a sobreestimar un poco la velocidad de implantación de tecnología disruptiva, pero también infraestiman mucho el impacto a largo plazo. Hace tres décadas, muchas compañías infravaloraron la repercusión de Internet. Si hubieran sabido el impacto que tendría en el comercio minorista, los ejecutivos de 1995 habrían integrado esta tecnología en sus negocios. Es probable que con la Inteligencia Artificial Generativa nos encontremos ante un escenario similar”.
Adoptar una estrategia empresarial basada en el desarrollo de software también puede aumentar considerablemente la productividad. Bain & Company destaca el caso de un retailer que implementó un asistente para automatizar sus tareas de codificación, lo que le permitió aumentar su productividad entre un 25% y un 40%, además de obtener un ahorro equivalente a más de 50 veces la inversión inicial requerida para adoptar esta tecnología.