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En los últimos días, desde la Alianza Upa-Coag de Castilla y León, se está “denunciado” la importación de corderos procedentes de Francia e Italia, con destino a matadero, subrayando que dichos animales no ofrecen al consumidor información suficiente sobre su procedencia.
Desde Anice lamentan estas declaraciones, porque no solo ponen en duda el control exhaustivo que ejercen los sistemas europeos alimentarios, uno de los más rigurosos del mundo en trazabilidad y seguridad alimentaria, creando desconfianza en el consumidor; sino que además atenta contra el libre comercio, obstaculizándolo y pudiendo afectar a las economías y al funcionamiento de los mercados.
España forma parte del Mercado Común Europeo y muchos ganaderos y productores españoles, incluidos los que desarrollan su actividad en Castilla y León, exportan animales para que sean sacrificados fuera de nuestro país, en determinadas épocas del año. Por el mismo motivo, no sería de recibo aceptar agravios comparativos de su producción en otros países. Son las reglas de un mercado, afortunadamente libre y abierto.
“No podemos permitir que determinadas afirmaciones y malas interpretaciones contribuyan a debilitar el mercado común europeo, limitando el crecimiento de las empresas y la creación de oportunidades fuera de nuestras fronteras, cuando además la circulación de alimentos en el mercado europeo está absolutamente regulada”.
“Además, tememos que estas declaraciones lo único que hacen es contribuir a generar un clima innecesario de desconfianza por parte del consumidor en un momento decisivo para el sector cárnico-ganadero (y en especial para el ovino) como es la Navidad, debilitando su consumo”, apuntan.
“Desde Anice, no podemos más que avalar los sistemas de control e identificación de los animales y sus productos, como la mejor herramienta de garantía de la calidad, la trazabilidad y la seguridad alimentaria, y también avalar la certificación de los productos con denominaciones de calidad protegidos por Europa, que disponen de sus órganos reguladores para que se garantice en todo momento la calidad y el origen de sus productos certificados. Abogamos por enfoques de mercado equilibrados que no comprometan la diversidad de los productos disponibles en un mercado libre como es el europeo”, concluyen.